'Impacto visual'

Y llego el día. La película más esperada del año al fin dejó de hacerse rogar y se mostró en todo su esplendor, y sí, para que enrollarse más, la espera mereció la pena

Estreno en España: 18 de Diciembre de 2009
CRÍTICA
Y llego el día. La película más esperada del año al fin dejó de hacerse rogar y se mostró en todo su esplendor, y sí, para que enrollarse más, la espera mereció la pena. Según la exigencia de cada uno, el último trabajo de James Cameron se moverá entre ciertos márgenes de satisfacción, pero no me cabe duda de que de haberlos, serán muy pocos los que salgan decepcionados tras ver el espectáculo visual brindado por un director y guionista que ha tenido el cuajo de esperar doce años para rodar la película que él quería sin que la tecnología necesaria para afrontar tal empresa provocara que se fusionasen todos los grandes estudios para poder afrontar su financiación.

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Lo cierto es que si uno repasa la filmografía de Cameron, no había lugar para la sospecha más pesimista dado que nos tiene acostumbrados a caviar del bueno y ya se mostró a la vanguardia de los efectos visuales en trabajos suyos como Abyss o Terminator 2, sobre todo esta última donde los avances en el campo de los FX le permitieron meter al villano que no pudo recrear en la primera entrega de la saga. Ahora, en plena ebullición del 3D y con la calidad añadida del alcance de las imágenes creadas por ordenador, el impacto visual que consigue Avatar marcará casi con seguridad un antes y un después en este tipo de cine. Así como Blade runner se convirtió en un concepto visual mil veces copiado en su día, Avatar se presenta como su más firme relevo casi 30 años después.
Si algo se le puede reprochar es su excesivo metraje, que si bien en la versión convencional se podrá soportar más cómodamente, estar casi tres horas con las dichosas gafitas acaban cansando la vista aunque se esté disfrutando como un niño ante semejante espectáculo. Por otro lado, el argumento en sí peca de no ser muy original que digamos. Como si de un cruce se tratara entre el videojuego Starcraft y Bailando con lobos, la historia camufla sendos mensajes ecologistas y antiimperialismo con el tono adecuado para no empañar el tono puro y duro del género de aventuras que no suelta en ningún momento. Lo que es indiscutible, es que para disfrutar al máximo de este espectacular trabajo, hay que verlo en las mejores condiciones posibles con la pantalla más grande al alcance de cada uno, y a ser posible, con 3D para sumergirte por completo en el universo creado para la ocasión.
Y cuando lo que importa es el concepto visual, el mundo fantástico creado artificialmente, la fotografía brillante del mundo de los na’vi, una banda sonora a la altura de las imágenes, parece que lo de menos es el reparto, y aunque es cierto que ninguno destaca especialmente, la verdad es que todos están correctos en sus personajes, desde el actor de moda de este 2009 como es Sam Worthington en el papel protagonista, pasando por el implacable coronel interpretado por Stephen Lang, llegando a la segunda colaboración entre el director y Sigourney Weaver tras Aliens, aunque en esta ocasión la raza alienígena aparente menos agresividad.
Se trató de vender esta película como la que cambiaría para siempre el mundo del cine, lo cual a toro pasado es bastante pretencioso y más teniendo en cuenta que tras año y medio de revival del 3D, el efecto no ha tenido toda la repercusión esperada y la ola de expectación creada con los primeros trabajos recibidos ha perdido bastante fuerza por razones que van de lo económico a lo puramente visual. Lo que si parece seguro es que se convertirá en un título de referencia de la próxima década por la influencia visual que deja y que relanza y de que manera, un género que en los últimos años no había aportado grandes novedades. Con Cameron de vuelta, se avecinan buenos tiempos.

Evelio Barbero

14/12/2009

Valoración

10.00

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