'Poco sudor'

Cuando uno oye hablar de un remake suele pensar principalmente en tres cosas: que es muy posible que no esté a la altura de la original, que la original de por sí tuvo cierta calidad en su día, y que él que aborde tal proyecto tiene como gran aspiración refrescar la película a nuevos espectadores apoyándose en mejoras modernas

Estreno en España: 23 de Diciembre de 2009
CRÍTICA
Cuando uno oye hablar de un remake suele pensar principalmente en tres cosas: que es muy posible que no esté a la altura de la original, que la original de por sí tuvo cierta calidad en su día, y que él que aborde tal proyecto tiene como gran aspiración refrescar la película a nuevos espectadores apoyándose en mejoras modernas. Lo normal, independientemente del resultado final, es que los tres puntos confluyan, que si algo gana el remake sea actualizar la imagen perdiendo en la comparación con cualquiera de los apartados entre original y copia.

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En este caso, la original, la de Alan Parker, director que venía de saborear las mieles del éxito por su trabajo en El expreso de medianoche, ya de por sí era una película mediana que aunque consiguiera acaparar alguna nominación técnica a los Oscar, lo cierto es que el poso que ha dejado ha sido más mérito de la adaptación en formato serie de televisión que se hizo a posteriori que de la película en sí. Tal vez por eso, por ser una historia interesante a la que se le podía sacar partido, por estar en una época televisiva donde afloran los programas concurso donde principalmente los jóvenes con inquietudes artísticas aspiran a ver cumplidos sus sueños, y porqué no decirlo, por qué el encargado de llevarlo a cabo provenga del medio en cuestión, por todo ello podía salir algo bastante apetecible.
Aunque Kevin Tancharoen provenga del mundo de los videos musicales, no ha sabido dar brío a lo que podía haber sido uno más de su colección pero con más metraje. Lo peor que le puede pasar a una cinta con alto contenido musical es que no haya ninguna canción, ninguna coreografía o ninguna escena para el recuerdo. Sí, puede que supere a la original en agilidad narrativa, pero en su afán por ser ágil, se pasa de frenada y todo pasa tan deprisa que apenas da tiempo a simpatizar con los personajes. Resumiendo un poco, tiene ritmo pero carece de alma.
De hecho todo lo que acontece a los aspirantes a artistas sucede tan deprisa y tan fácil que rompe con la típica frase de la serie. “La fama cuesta y aquí vais a empezar a pagar con sudor”. Poco sudor y poco sacrificio. Los años pasan como si de una semana se tratara, los profesores aportan en general una presencia meramente testimonial (¿Qué hace Kelsey Grammer aquí?) y aunque trata de mostrar que ahí fuera no todo es de color de rosa, lo cierto es que lo aborda de una forma tan liviana que no consigue su cometido.
Con todo se deja ver, el montaje es efectivo y tiene alguna escena simpática (sobre todo lo relacionado con el aspirante a director de cine), pero poco más. Casi se agradece más el cameo de Debbie Allen, la eterna profesora de danza tanto en el original como en la serie y afamada coreógrafa, que el resto de las tramas.

Evelio Barbero

22/12/2009

Valoración

6.00

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