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#Crítica

Juan Nadie

'Grandiosa'

Conociendo el cine de Capra, es de esperar siempre que te ofrezca muy buenas películas, como lo son “Que bello es vivir”, “Vive como quieras”, “Horizontes perdidos”, “Arsénico por compasión” o “Sucedió una noche”

Conociendo el cine de Capra, es de esperar siempre que te ofrezca muy buenas películas, como lo son “Que bello es vivir”, “Vive como quieras”, “Horizontes perdidos”, “Arsénico por compasión” o “Sucedió una noche”. Esta película, “Juan Nadie” se rodó en los años de mayor éxito y esplendor de Capra, entre los años 1933 y 1946, consiguiendo uno de sus mejores resultados en taquilla con este retrato de un Mesías moderno digamos que prefabricado. Incluso Capra tuvo en proyecto hacer una segunda parte pero diversas circunstancias lo impidieron.
“Juan Nadie” nos cuenta la historia de un sencillo y humilde hombre, John Willoughby, que de la noche a la mañana pasa de ser un trotamundos a ser una persona admirada que reparte esperanzas entre la gente. Una intrépida periodista, Ann Mitchell, le convierte en John Doe (Juan Nadie), un personaje que ella imagina en un principio, pero que luego idealiza en la persona de John Willoughby, convirtiéndose John Doe en un auténtico fenómeno de masas. Junto con John está su inseparable amigo Coronel, quien actúa a veces como su conciencia y observando todo este revuelo con complacencia e intentando conseguir algún beneficio se encuentra D.B. Norton, un ambicioso hombre de negocios. Gary Cooper da vida al atractivo paleto John Doe, en un papel que ambicionaba, ya que en aquella época se encontraba en competencia con Cary Grant y fue una de sus mejores elecciones. Cooper da el tipo de este hombre desarraigado, que peca a veces de ignorante, que se siente a gusto utilizado ya que puede conseguir lo que quiere, pero que en el fondo guarda unas fuertes convicciones y va creyendo más y más en la idea que profesa a medida que avanza la película .John Doe se puede definir como una especie de Jesús, de profeta, enmascarado en el carácter afable de Doe, que prácticamente vive muchas de las situaciones que le ocurrieron al propio Jesús. Barbara Stanwick es la periodista sensacionalista y ambiciosa en un principio, que no sabe si sus sentimientos afectivos son para ese personaje creado por ella, John Doe o para John Willoughby. Stanwick protagonizó anteriormente una gran comedia llamada “Las tres noche de Eva” y siguió su buena racha con esta película, aunque posteriormente fue encumbrada por su papel en la magnífica película de Billy Wilder “Perdición”. En el papel del fiel amigo de Doe, Coronel, se encuentra el que posiblemente sea el mejor actor secundario de la historia , Walter Brennan, interviniendo en películas tan notables como “El Forastero”, “Sargento York”, “El orgullo de los Yankees” (de nuevo en estas dos junto con Gary Cooper), “Tener y no tener”, “Río Rojo” o “Río Bravo”, haciendo como siempre un perfecto papel de apoyo al personaje principal, en este caso Jon Doe. Junto a ellos además, un habitual de Capra en otras dos anteriores películas, “Vive como quieras” y “Caballero sin espada”, Edward Arnold. Arnold prácticamente en estas tres películas hace el mismo papel de hombre repelente, huraño, avaricioso y ambicioso, pero eso no quita de que lo haga estupendamente.
Capra en esta película muestra, como he comentado con anterioridad, a un hombre que guarda similitudes con Jesús en muchos aspectos y Capra, como se demuestra al final en un comentario de Ann/Stanwick, perfila directamente la película a definir a John Doe como una resurrección modernista de la figura del Hijo de Dios, salvando las distancias eso sí, pero marcado en distintos aspectos y situaciones, como pueden ser sus arengas o su propagado sacrificio. Un espectador despierto encontrará muchas reminiscencias claras en el argumento, siendo quizás en ocasiones como una apología de moralidad cristiana o como en el principio que adopta ciertos ideales socialistas, pero Capra es un director inteligente, no se deja llevar por ninguna de esas tendencias y como hizo anteriormente con “Caballero sin espada”, se preocupa más por el desarrollo y personal del protagonista, de una persona que en un principio no es “nadie” y que después Capra idealiza y personifica como el Sueño Americano. Esa preocupación por caracterizar, darles carisma a sus personajes principales, es uno de los sellos más presentes en todas sus películas, además de cómo siempre dar una réplica femenina, que funciona a un excelente nivel y de rodearlo de personajes entrañables y otros desagradables.
Lo que también nos da Capra en “Juan Nadie” es cierto tono crítico hacia la sociedad, capaz de idolatrizar a cualquier persona y posteriormente derribarla sin más. El efecto que John Doe produce en la gente es el oír y escuchar al alguien que dice lo que en el fondo de su corazón se amaga y Doe con sus palabras da rienda suelta aun estado de optimismo, de dar a la gente otra perspectiva con la que ver la vida. Las connotaciones políticas de la película eran de esperar, esos movimientos de masas son utilizados por hombres ambiciosos y sin escrúpulos para llenar sus ansias de poder. Esos hombres saben corromper al pueblo, saben de la fragilidad de éste y del poder que tiene para encumbrar hombres y derribarlos a pesar de sus ideas, ya que solo basta un mínimo detalle con el que no estén de acuerdo o un pequeño escándalo, para que su moralidad se vea afectada y pasen del amor al odio más extremo. En ese punto es donde Capra está más acertado, como también lo está en la idea del periódico de propagar la humildad de John Doe para tener una tirada más grande de ejemplares. Esos detalles son los que engrandecen la película, elementos que aún perduran en la actualidad. Posteriormente, un director tan cualificado como Elia Kazan realizó en, quizás su film más atípico, “Un rostro en la multitud”, una similitud que se regía por los mismos cánones que “Juan Nadie”, teniendo en cuenta sus inevitables diferencias, pero centralizándose en la misma idea: llegar a lo más alto y caer en picado. Aunque la película de Kazan se centralizaba más si cabe en la degradación de la persona, “Juan Nadie” es más distante en el hecho de retratar a John Doe como un personaje que va siendo consciente de su popularidad y de lo que puede ofrecer a los demás con ella, convirtiéndose en una figura referencial para la gente. Todos esos aspectos Capra los maneja con sabiduría, aunque en ciertos momentos lo rellene con ciertos diálogos intrascendentes que sólo sirven para reafirmar y ahondar en las relaciones entre los personajes. Puede que la película sea algo pesada en su tramo medio, pero se compensa con un a gran historia, rica en matices, de la que puedes obtener diversos puntos de vista y de l que puedes obtener varias conclusiones, esa es la grandiosidad de esta película que francamente recomiendo como una de esas grandes joyas que el gran Frank Capra tiene en su maravillosa filmografía.

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morneo

05/07/2005

Valoración

8.00

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