'Barra libre chabacana'

Cuando uno termina de ver Movie 43, qué narices, a los quince minutos de estar viendo Movie 43, uno ya empieza a acumular preguntas de difícil respuesta en su cerebro. La mayoría de ellas atiende a los continuos descoloques de mandíbula (y casi nunca a costa de la risa) y a la eterna cuestión de cómo puñetas este tipo de producciones acaba consiguiendo siempre financiación

Estreno en España: 25 de Enero de 2013
CRÍTICA
Cuando uno termina de ver Movie 43, qué narices, a los quince minutos de estar viendo Movie 43, uno ya empieza a acumular preguntas de difícil respuesta en su cerebro. La mayoría de ellas atiende a los continuos descoloques de mandíbula (y casi nunca a costa de la risa) y a la eterna cuestión de cómo puñetas este tipo de producciones acaba consiguiendo siempre financiación. Pero la gran pregunta, con letras mayúsculas en un letrero luminoso es, ¿cómo cojones han llegado a reclutar un reparto que atesora 2 Oscars y 10 nominaciones, más alguna celebridad con nombre propio, más alguna estrella en ciernes cuya presencia aquí puede significar una mancha en el currículum de cualquiera de ellos? ¿Cómo demonios han conseguido chantajearles? Hace alguna década solo era posible ver un reparto de este calibre en las llamadas películas de catástrofes. En esta ocasión se han juntado en una catástrofe de película.

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Por no tener, Movie 43 no tiene ni un punto de originalidad en su concepto. Sin ir más lejos aunque con otra temática, apenas lleva unos meses circulando por medios alternativos V/H/S, que funciona al igual que ésta en base a un hilo conductor donde los protagonistas van visionando pequeñas historias en busca de la definitiva. Mientras la otra apuesta por lo siniestro, aquí han apostado por la barra libre del humor grueso, soez y surrealista. Decir que el alma máter del proyecto es Peter Farrelly sirve para marcar un poco la pauta que uno se va a encontrar. Aclarar que las dos historias dirigidas por él son de lo poco decente (¿he dicho decente?) que vamos a ver, es bastante significativo. Para ser justos, aparte de que sus historias son de las que dentro del juego las que saben explotar mejor la parte cómica, hay que reconocer que el mérito reside también en ver la total ausencia de sentido del ridículo de Halle Berry (siendo Stephen Merchant la mano derecha de Ricky Gervais su caso sorprende bastante menos) y, sobre todo, de unos Hugh Jackman y Kate Winslet que sacan petróleo del primer segmento de la función.
El resto es harina de otro costal. Pequeños repuntes en un clima de mediocridad. Alguna buena intención desaprovechada y mal rematada (la historia con Chloë Grace Moretz) y otras que con una cinta más equilibrada podría haber sido más épica. Al anuncio de Tampax o al corto de Terrence Howard me refiero. El problema es que a esas alturas de metraje uno ya está pringado hasta las rodillas de lo chabacano que es todo y esos pequeños destellos provocan muy poco efecto. No tengo dudas de que habrá quién disfrute con ganas esta película. Reuniones de amigos con alcohol y sustancias psicotrópicas son el caldo de cultivo perfecto para que estas películas alcancen sus mayores cotas.
Lo peor de todo es que ni siquiera se han parado a pulir los segmentos. Casi todas las pequeñas historias dejan sensación de improvisadas precisamente por no estar mínimamente rematadas dejando la sensación de chiste guarro escupido a altas horas de la madrugada en una borrachera entre amigos. Un juego de ver quién dice la burrada más gorda rematada con un apretón de manos y eso tan recurrido de “no hay huevos a hacerlo”. Pues sí, sí ha habido huevos. Que se lo digan a Hugh Jackman.
No puedo despedirme sin repetirme la pregunta. ¿Cómo cojones han convencido al reparto?

Evelio Barbero

25/01/2013

Valoración

4.00

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