'Inteligencia surrealista'

Qué verano más traumático se avecina para esas familias donde el padre despistado se meta en el cine con los niños a ver la película del peluche que habla

Estreno en España: 10 de Agosto de 2012
CRÍTICA
Qué verano más traumático se avecina para esas familias donde el padre despistado se meta en el cine con los niños a ver la película del peluche que habla. Hace unos años pasó lo mismo con el estreno de South Park: más grande, más largo y sin cortes, pero allí al menos cabía la excusa de que la serie creada por Trey Parker y Matt Stone apenas la conocían unos pocos privilegiados para cuando se estrenó la película. Ahora no es que sea muy fácil para el espectador medio (en más de un hilo de nuestro foro ha habido debates sobre ir informado o no a ver una película), pero en esta ocasión la cosa presenta más pistas sobre lo que uno se puede encontrar. Para empezar un cartel donde se muestra que igual el osito no es precisamente Pepito Grillo. Y para rematar, el nombre propio que por sí solo dice a las claras lo que en realidad se oculta tras el algodón y las costuras: Seth MacFarlane.

(Más imágenes en su galería)
Por si alguien a estas alturas no sabe quién es este hombre, decir que es el creador de Padre de familia y sus derivados Padre Made in USA y El Show de Cleveland. Dicho con otras palabras, el padre de la animación más políticamente incorrecta y transgresora que deja la crítica y acidez propia de Los Simpson a la altura de los Teletubbies. Y en su debut en el largometraje con actores de carne y hueso es lo que sigue ofreciendo. Tras un arranque que evoca la típica cinta familiar navideña, no tarda ni cinco minutos en dar rienda suelta a su particular sentido del humor cargado de referencias propias de la cultura pop de los años 80 disparando contra todo lo que se pone por delante. Vamos, lo más parecido al humor chanante fuera de España.
Desde luego, el guión queda bastante lejos del humor inteligente y habrá quién no sepa o quiera entrar en el juego gamberro que propone la historia de este fiel oso de peluche que lejos de ejercer de la buena conciencia del protagonista que ejercía el citado Pepito de Pinocho o su alter-ego futurista en A.I. Inteligencia Artificial, a este podríamos llamarle I.S. Inteligencia surrealista. Eso sí, cuando uno se deja llevar lo más fácil es que se tire riendo desde el principio hasta el final a costa de golpes más o menos irreverentes, escatológicos, de humor grueso, pero con algunos momentos verdaderamente antológicos. Mención especial el pseudo cameo por el que dan ganas de levantarse y hacerle la ola a MacFarlane.

Evelio Barbero

30/07/2012

Valoración

8.00

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