Terminator 3: La Rebelión de las Máquinas

Diez mil actrices se presentaron para el papel de T-X en ocho países y en todas las principales ciudades de los Estados Unidos.

“Trabajé mucho para tener el mismo aspecto que tenía cuando hice las dos primeras películas”, dice Schwarzenegger de las cuatro o cinco horas diarias de preparación física de los meses previos al rodaje. (Para llegar a estar en una condición física perfecta, trabajaba todos los días durante la parada para almorzar). “Trabajar, ensayar las escenas, prepararse para las tomas de riesgo – todo esto era un gran placer para mí”.

Nuevamente, Schwarzenegger vuelve a hacer casi todas las escenas de acción.

Se utilizaron 14 cámaras para rodar el choque del Terminator en el brazo de la grúa contra el edificio de cristal, ya que, como en muchas de las escenas de acción de la película, no podía haber otras tomas.

Hicieron falta cuatro semanas para ensayar y dos semanas para rodar la escena de lucha mano a mano entre el Terminator y el T-X. Rodada en un baño de mármol y acero, la lucha se diseñó para transmitir la fuerza bruta de estas máquinas de 1500 kg.

Para prepararse para interpretar a la máquina de matar más avanzada de Skynet, Loken se entrenó intensamente durante seis semanas antes de la producción. “Realmente quería que la fuerza del T-X fuera convincente, así que necesitaba que se notara en mi físico”, dice Loken. Su preparación incluyó pesas y entrenamiento con armas, una forma de lucha israelí llamada Krav Maga, y estudió con un renombrado mimo para perfeccionar los movimientos mecánicos del robot.

Dicen las malas lenguas que en el rodaje de la escena cuando el T-X viene del futuro (aparece desnuda), el director recibió muchísimas visitas al set.

Para Terminator 3: La Rebelión de las Máquinas, Stan Winston y su equipo crearon la tecnología robótica más avanzada en el mundo, en términos de movimiento y control, incluída la NASA.

Para las peligrosas escenas en que los personajes de Schwarzenegger y Kristanna Loken se veían envueltos, Winston y su equipo construyeron réplicas perfectas, absolutamente funcionales y a tamaño real de los personajes.
“Si pones a Arnold codo con codo con el robot, no podrías notar la diferencia”, conviene Mostow.

“No habría sido posible hacer esta película hace cinco años; ni siquiera hace un año”, dice Mostow. “Hemos utilizado la tecnología de efectos especiales más avanzada que existe hasta la fecha”.

Para una secuencia en la que el Terminator se abre su cavidad torácica y saca su batería dañada – mientras conduce un camión – el equipo de Winston fue capaz de crear una ilusión por ordenador con la elaboración de un práctico “gag”, como lo denomina el Diseñador.
“Creamos el cuerpo sentado en el asiento del conductor y luego colocamos a Arnold en la parte de atrás del camión, con la cabeza y los brazos viniendo de detrás del asiento, de tal manera que pareciera que estaban conectados con el cuerpo”, dice Winston, cuyo equipo escaneó exhaustivamente el cuerpo de Arnold para crear una replica del Terminator para la simulación en la que prima más el arte que la tecnología”.

“Tenemos secuencias en esta película con unas 1000 pistas de audio simultáneas”, confiesa Mostow. “Crear el diseño de sonido para Terminator 3 fue un esfuerzo constante durante un periodo de cinco meses”.

Jonathan Mostow no consultó ningún extremo del film con el creador de la saga, James Cameron. Su razón: él tampoco habló con Ridley Scott cuando acometió Aliens: El Regreso.

Kristanna Loken tuvo que ganar 7 kilos de peso, además de aprender artes marciales y entrenar en el manejo de armas.

Rodando la escena de la primera aparición de la terminatrix, Loken se clavó un cristal en el pie que le acompañó 6 meses, al final logró quitárselo.

Para ser Terminatrix, Loken tiene una deuda con el mundo de la informática, nunca ha sabido hacer funcionar un ordenador.

Arnold Schwaznegger se rompió 6 costillas en un accidente de tráfico pocas semanas antes de comenzar el rodaje.

La primera imagen en la que aparece Schwarzenegger está retocada digitalmente, además de parar reparar alguna curva no deseada, había que disimular la cicatriz que tiene Arnold desde su operación de corazón de 1997.

La escena en la que Arnold coge con una mano el ataud de Sarah Connors y con la otra dispara le supusó una lesión en el hombro, finalmente tuvo que someterse a una operación.

Como en sus anteriores trabajos, Schwarzenegger llevó al rodaje un tráiler de 18 ruedas que se convierte en su gimnasio particular, se dice que sus compañeros de rodaje declinaban la invitación de Arnold para disfrutar de sus instalaciones.

Arnold Schwazenegger quiso comprar los derechos para acometer una tercera película pero una conversación con James Cameron le hizo cambiar de idea, éste le aclaró que cada cual debe desempeñar su función y él era actor y Cameron director, no productores.

El retraso de esta tercera secuela se debe a la propietaria de los derechos de la película, Carolco, se hundió. Fue entonces cuando hubo una guerra entre distribuidoras para hacerse con ellos.

Inicialmente se iban a rodar simultaneamente terminator 3 y terminator 4, pero se sobrepaso el presupuesto y hubo que conformarse con rodar una.

Según Arnold Schawrzenegger, si la película responde en taquilla no habrá ningún problema para que se haga la cuarta con él dentro de ella.