El Truco Final (El Prestigio)

Éramos dos jóvenes en el comienzo de su carrera. Dos jóvenes entregados a una ilusión.
Dos jóvenes que nunca tuvieron intención de hacer daño a nadie (Alfred Borden).

Todo gran truco de magia consiste en tres actos. El primero recibe el nombre de La Promesa: el mago muestra algo ordinario, pero, como es de esperar, probablemente no lo sea. El segundo acto se llama El Giro. El mago hace que ese algo ordinario realice algo extraordinario. Ahora bien, aunque busques el secreto, no lo vas a encontrar. Es por esto que hay un tercer acto, llamado El Prestigio. Esta es la parte de los giros y los cambios inesperados, en la que la vida pende de un hilo, y ves algo sorprendente que jamás has visto antes (Cutter).

Un búsqueda, una búsqueda de respuestas, aunque concluya con mi viaje a Colorado, me llevará mucho más tiempo descubrir todos los secretos de Borden. Solo una palabra podría romper este rompecabezas, aunque me llevará meses descifrar estas frases, y entender cómo pensaba. Pero mi pasión es equiparable a la empresa (Angier).

Quiero que estés atento. ¿Ves esto? Nunca se lo digas a nadie. Te suplicarán que les cuentes el secreto, pero en cuanto lo descubras, se acabó todo, ¿entiendes? Te ignorarán. El secreto no impresiona a nadie. El engaño que has empleado, lo es todo (Borden).

- Bajo tanta parafernalia se esconderá un simple y decepcionante truco.
- Decepcionante es poco, no hay truco, y es real.

- ¿Habían visto esto antes?
- Lo hemos visto todo.
- Yo voy a complicarlo ¿de acuerdo? [...] Haré este efecto de una forma nunca vista por ustedes ni por otros espectadores en ningún lugar del mundo.

- ¿Es bueno?
- El mejor truco de mágia que he visto.

Pero un auténtico mago intenta sorprender con algo nuevo, que deje desconcertados a todos los demás magos.

Angier.- No quiero matar palomas.
Cutter.- ¡Pues no subas a un escenario! Eres un mago, no un genio, tienes que ensuciarte las manos para poder conseguir lo imposible.