'La mejor acción de la década'

Sin necesidad de usar el nombre de su sobradamente conocido protagonista, El Caballero Oscuro aterriza por fin en los cines con la etiqueta de película más esperada de los últimos años por muchos motivos.

Estreno en España: 13 de Agosto de 2008
CRÍTICA
Lo Mejor: Todo, y sobre todo, cada aparición del Joker
Lo Peor: Va a pasar mucho tiempo antes de ver una película de superhéroes que la mejore
Se nota que no es un pase de prensa habitual. Más gente, más comentarios, más nerviosismo, camisetas con el logo del hombre murciélago. Gracias a la habilidad de la distribuidora, hasta el 13 de agosto (casi un mes después que en la mayoría de países) no se estrenará en España, por lo que la expectación es, sí cabe, mayor.
Sin necesidad de usar el nombre de su sobradamente conocido protagonista, El Caballero Oscuro aterriza por fin en los cines con la etiqueta de película más esperada de los últimos años por muchos motivos. Su gran antecesora, Batman Begins, acreditó a Christopher Nolan, a su equipo y al excelente elenco de actores que la completaron a repetir, y el primer bombazo de ésta se intuía en la última secuencia de aquella: tras mostrarnos sus primeros pasos, entrenamientos y aventuras, este nuevo Batman se las vería con su antítesis por naturaleza, el villano más famoso e infame, el peor de los peores, el Joker (también conocido como El Guasón). Toneladas de rumores señalaron como posible intérprete a prácticamente todos los actores de Hollywood hasta que se confirmó: el australiano Heath Ledger sería el bromista encargado de ponerle las cosas difíciles a Bruce Wayne. ¿Ledger? Se preguntaron muchos (yo entre ellos). No igualará a Nicholson, dijeron otros (puede que también yo entre ellos). El propio Jack avivó una polémica tras mostrarse enfadado por la elección del joven actor australiano sin haberle consultado sobre un papel, que, según dice, conoce mejor que nadie. Tras iniciar una brutal campaña viral casi exclusivamente por Internet, El Caballero Oscuro creaba más y más expectación hasta que el 22 de Enero se obtuvo la mayor y menos deseada publicidad para el film, con la noticia del fallecimiento de Heath Ledger, lo que convertía la película, ya de por si esperada, en poco menos que un mito a 6 meses de su estreno.

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La expectación por tanto crecía por días para la nueva entrega de Batman y las primeras reacciones tanto de crítica como económicas han sido excelentes, estando quizá ante el mayor fenómeno de hype que una película haya conseguido por Internet. Hay bastantes ocasiones en las que esto puede ser contraproducente para la propia obra y así lo ha sido en muchas veces. Pues bien, no es el caso. Vaya si está a la altura.
Christopher Nolan ha rematado, en todos los sentidos, lo que apuntaba en Batman Begins, cuando cogió una franquicia agonizante que había sufrido un grave intento de asesinato por parte de Joel Schumacher en Batman y Robin (1997) y la revitalizó hasta cotas por las que nadie hubiera apostado. No obstante este Batman Begins también tenía sus carencias, las principales: Los villanos no terminaron de convencer, al igual que la trama final y las secuencias de acción sufrían la epidemia de epilepsia que hasta hace poco ha castigado a las películas de este género, llevando más a la confusión y al mareo que a la emoción y la diversión. Pues bien, el bueno de Nolan parece haberse hartado de que le hablen de estos fallos porque los ha corregido, y de qué manera. Del villano hablaré después porque merece comentarse aparte, y en cuanto a las secuencias de acción, al igual que el resto de la película, están realizadas de manera exquisita, permitiéndonos observar detalladamente las habilidades de un Batman brutal que se verá arrastrado hasta sus propios límites.
En el excelente reparto tenemos varias clases de personajes, los que repiten y mantienen el gran nivel (Bale, Caine y Freeman, perfectos como héroe, mayordomo y ayudante), los que repiten y se superan a sí mismos, como Gary Oldman (este sí es James Gordon, decidido e implacable luchador contra la corrupción en Gotham y el más importante aliado del vigilante con capa. El honrado policía adquiere más peso en la historia y se refleja como un personaje menos pusilánime que en la primera entrega), los que llegan nuevos (Maggie Gyllenhall supera a Katie Holmes desde el primer plano en el que aparece y Aaron Eckhart cumple solventemente su función de Harvey Dent, idealista y malogrado fiscal del distrito y en cuya evolución del personaje se apoya gran parte de la narración) y por encima de todos, robando cada plano tenemos al fallecido Heath Ledger, que con su interpretación pasará a la historia como uno de los mejores villanos de la historia del cine, con un Joker desatado, desquiciado y terrorífico, a la vez que cínico y divertido, sin caer en el histrionismo o la exageración, y alejándose totalmente del que construyó Jack Nicholson hace casi 20 años. De esta esperada película está claro que Joker es la estrella de la función y como pasó en la versión de Tim Burton, le roba la película al caballero oscuro que le da nombre, con sus elaborados e inesperados planes, siempre destinados a un objetivo: derribar los cimientos de la civilización de Gotham y demostrar lo ridículo y volátil de los valores de esta, de los que Batman es principal baluarte.
Nos encontramos, pues, ante la obra definitiva acerca del caballero oscuro, que ha sabido encontrar una identidad propia a través del profundo conocimiento del personaje y sus secundarios demostrado por Nolan (que junto a su hermano Johnatan se encargó de pulir el libreto de David S. Goyer), encontrando en la película trazas de algunas de sus mejores aventuras como El Regreso del Señor de la Noche y Batman Año Uno (ambas de Frank Miller), La Broma Asesina (Alan Moore y Dave Gibbons) o El Largo Halloween (Loeb y Sale) de las que, sin adaptar ninguna de ellas en concreto, extrae las mejores esencias de cada una: el Batman que camina sobre la línea entre sus propios principios y la justicia de Miller, el complejo, cínico y peligroso Joker de Moore dispuesto a demostrar que todo el mundo es como él, o el torturado Harvey Dent al que supera la injusticia de un mundo corrupto que terminará por dejar ver su lado oscuro, como reflejó magistralmente la obra de Loeb y Sale. Estas referencias al universo de la viñeta creada por Bob Kane están, además, mezcladas con las mejores esencias del cine guardadas en la retina de Nolan: desde guiños al cine negro de Michael Mann (los que conozcan Heat se acordarán de ella en más de una secuencia, sobre todo en el explosivo comienzo) hasta un par de escenas-homenaje al Batman de Tim Burton, haciendo que las dos horas y media largas se hagan cortas gracias a lo anteriormente comentado y a un gran trabajo de ritmo, montaje, sonido (espectacular) y una gran partitura firmada a cuatro manos por Hans Zimmer y James Newton Howard (aunque quizá se eche en falta un corte principal tan mítico como el firmado por Danny Elfman).
En definitiva, si eres seguidor del Señor de La Noche prepárate a ver la mejor película jamás hecha acerca del personaje, y si no, disfruta de la que es probablemente la mejor cinta de acción de la década.
Pablo Díaz Jiménez