Sophia Loren

Sofía creció en barrios pobres y nadie podía imaginarse que se convertiría en uno de los mitos eróticos mas duraderos de la historia del cine. Su carrera en Hollywood no fue muy brillante, pero se hizo notar en varias producciones, ganándose una multitud de seguidores.
Dotada de una belleza singular, con unos rasgos muy latinos, Sofía aún mantiene, gracias a la cirugía, unos rasgos físicos que la mantienen todavía como un icono erótico del cinéfilo.
Tras mucho tiermpo compitiendo con otra estrella italiana, Gina Lollobrigida, Sofía consiguió construir su carrera a través de películas más comerciales como La Caida del Imperio Romano, Orgullo y Pasión o Cintia, pero también joyas como Dos Mujeres, Una Jornada Particular, Los Girasoles o uno de sus papeles más recordados, el de Doña Jimena en El Cid.
Dentro de su exuberancia y lo radiante de su belleza, Sofía al mismo tiempo podía ser igualmente una ingenua o una provocadora, ángel o demonio, pero siempre dando a sus personajes un cierto aire italiano, dándoles más viveza y energía, dada su naturalidad ante las cámaras, con cierta humildad, como lo fueron sus orígenes, pero nunca faltos de elegancia.
Su infancia no fue sencilla, su padre se negó a casarse con su madre después de su nacimiento, a los 4 años fue perseguida por el estigama de ser hija ilegítima y su madre y ella se fueron a Nápoles. Allí su madre intento ganar dinero tocando el piano, pero el sueldo no era suficiente y Sofía sufrió una delgadez extrema. Todo empeoró a causa de la guerra, teniendo en cuenta que Nápoles fue la ciudad italiana que más bombas recibió.
Llegada su adolescencia, Sofía supo aprovechar las ventajas de sus físico para abrirse paso. A los 15 años quedó segunda en un concurso de belleza y decidió abandonar los estudios e ir a Roma a probar suerte como actriz.
Junto con su madre consiguieron pequeños papeles en películas americanas de romanos como Quo Vadis y aunque recibió ofertas para ser modelo, Sofía se empeñó en la interpretación, aceptando ofertas en fotonovelas y muchas veces sus sugerentes poses llamaron la atención de la censura italiana. De nuevo probó suerte en los concursos de belleza y fue Miss Italia en 1950. En uno de esos concursos estaba Carlo Ponti, un gran productor italiano de la época. Ponti se convirtió en la llave hacia el éxito para Sofia y tras varias interpretaciones menores y tras consejo de Ponti, Sofía decidió cambiarse el apellido artístico, Scicolone, por el más glamouroso, Loren. Desde entonces fue la protegida de Ponti.
Pronto Sofía fue participando en papeles muy interesantes como en El oro de Nápoles y teniendo oportunidad de lucir su belleza en La sirena y el delfín y coincidiendo con Cary Grant y Sinatra en el rodaje en España de Orgullo y Pasión, donde quedaron seducidos por la belleza de la italiana, incluso con propuestas de matrimonio, que presionaron a Carlo Ponti, que tomo la decisión de divorciarse de sus actual mujer y casarse con Sofía en 1957, de cuya relación dieron a luz dos hijos.
Posteriormente rodó varias películas junto a grandes mitos del cine como Marlon Brando o Paul Newman, además de actores como George Peppard. siempre serán recordadas sus películas junto con Marcello Mastroianni como Matrimonio a la italiana o más recientemente su recordada aparición en Pret a Porter.
Fue acusada de evasion de impuestos en 1982 y pasó 18 meses en una cárcel italiana y su hermana, curiosamente, se casó con uno de los hijos de Benito Mussolini.
En 1962 ganó el Oscar de Mejor Actriz por Dos mujeres y fue nominada por Matrimonio a la italiana. En 1991 recibió el Premio honorario a toda su carrera.