Portada>Noticias>10 películas que fueron censuradas
10 películas que fueron censuradas
José Hernández, 09/10/2010
Con un año de retraso, cortesía del Ministerio de Cultura, nos llega Saw VI. Su tardío estreno hace que cualquier beneficio monetario que hubiese podido sacar del aluvión de publicidad (positiva hacia el filme, negativa hacia la censura ministerial) haya quedado contrarrestado por la posibilidad de ver la película en su versión íntegra a través de la red. Sin embargo, el hecho de que no vaya a ser un taquillazo no significa que su historia no se merezca un TOP10 DE CINEOL.
Como estamos hablando de un caso de censura nacional, el artículo se va a centrar sobre todo en los casos en los que el Franquismo (o el post-franquismo) hizo mella en el cine, aunque sin desmerecer algunos casos internacionales más que curiosos. Eso sí, si se incluyesen todas las censuras internacionales, se podría escribir un libro entero. Otro factor a considerar es que hay tres tipos de censura: prohibir el estreno de una película, cortarle escenas o el más autóctono, cambiar el doblaje para que diga otra cosa. De todo va a haber en la lista. Aviso: hay algún SPOILER al hablar de lo que se censuró en varios filmes.
Ah, mis disculpas por adelantado para los que se sientan ofendidos por la verborrea antifranquista del artículo. Bueno, mis disculpas no. Es una pena que las personas se sientan ofendidas, hablando en general, pero está claro que no voy a sentirme mal por criticar a una dictadura.
Menciones especiales:
- Saló o los 120 Días de Sodoma: Mostrar torturas, violaciones, coprofagia y demás lindeces hizo que estuviese prohibida en medio mundo, y aún hoy lo siga en algunos países. Aquí tuvimos que esperar varios años para verla, y en una versión recortada.
- La Naranja Mecánica: La cinta de Stanley Kubrick estuvo prohibida en España hasta 1975 por su carga sexual y violenta. Pero peor le fue en el Reino Unido, donde se retiró de circulación hasta el año 2000 por varios asaltos criminales que imitaban los sucesos del filme.
- La Matanza de Texas: Violenta y desasosegante pese a mostrar poca sangre, la pionera del slasher no se pudo ver en España hasta 1978, pero fuimos pioneros respecto a países como Finlandia (1997), Australia (1984), Francia (1982), Islandia (2000) o Brasil (1998).

10. THE PROFIT
Censura: Prohibida su exhibición por resolución judicial hasta hoy en día.
Motivo: Al parecer, esta cinta independiente se basa en la Iglesia de la Cienciología para, sin mencionarla explícitamente, mofarse de ella y de sus crédulos integrantes. Esto no les hizo nada de gracia a los discípulos de L. Ron Hubbard, que consiguieron que un juez impidiese la distribución del filme. Posiblemente nunca se vea más que de forma clandestina.
Resultado: Indiferente, porque están desprestigiados con o sin película. Nadie en su sano juicio forma parte de la Iglesia de la Cienciología, que es vista por la opinión pública como una secta de premisas ridículas integrada por imbéciles con dinero. Además, si no han desaparecido tras el escarnio público provocado por Campo de Batalla: La Tierra, es improbable que una cinta independiente consiguiese arrancar la mala hierba.

9. POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS
Censura: Prohibida hasta 1978 (es decir, 35 años).
Motivo: Cuando el bando Nacional ganó la Guerra Civil, automáticamente en España sólo se permitían las visiones de este conflicto que les pusiesen a ellos como los héroes y mártires, y a los ‘rojos’ como los villanos asesinos. Ese fue el motivo para prohibir esta cinta que sigue las desventuras de un inglés que apoya al bando republicano. Y eso que el contenido del filme está casi desprovisto de cualquier atisbo político por obra de la censura americana, el Código Hays, que también atacaba cualquier cosa teñida de grana. Vamos, que Franco no quería ver ni una versión light de la obra de Hemingway que le ponía a caer de un burro.
Resultado: Indiferente. Por un lado, la película tuvo éxito con o sin España (fue nominada a nueve Oscars, de los que se llevó uno), lo que junto al colegueo Paco-Adolf contribuyó a que el público internacional nos retirase cualquier simpatía provocada por la ignorancia de que nos habían sustituido una democracia por una dictadura que atentaba diariamente contra los Derechos Humanos. Por el otro, los españoles siguieron pensando lo mismo que ya pensaban con película o sin ella: los que estaban con Franco, siguieron disfrutando de su régimen; los que no, siguieron mascullando a escondidas en su contra hasta que pudieron celebrar su muerte. La película de Sam Wood no habría convencido a ninguno de nada de lo que no estuviesen ya seguros.

8. VIDAS REBELDES
Censura: Se cortaron y redoblaron infinidad de escenas.
Motivo: De nuevo la miopía moral del régimen franquista contribuyó a destrozar esta cinta crepuscular. Se eliminaron escenas por ser demasiado sensuales, otras por aludir al divorcio causado por malos tratos del marido de Marilyn Monroe, y otras sencillamente para evitar que la película fuese demasiado deprimente. Es el único motivo por el que se puede justificar que cortasen escenas en las que Clark Gable y Montgomery Clift hablan sobre lo mucho que lamentan la pérdida de sus hijos y su padre, respectivamente.
Resultado: Pobre. Sin esas escenas, la película no tiene casi chicha ni mucha coherencia narrativa, cosa que el señor censor no debió de plantearse cuando decidió que su tijera era mejor artista que John Huston. Y encima, ahora que se puede ver la versión íntegra, la han restaurado de la peor forma posible: doblando por separado las escenas cortadas en su día, con otros actores cuya voz no sólo no se parece a la de los originales, sino que parecen principiantes. Siempre quedará la versión original. Respecto a conseguir el objetivo que buscaban, el divorcio se instauró en España cuando murió Franco y la gente se lanzó a él como si regalasen un coche nuevo por cada paquete de tres, así que como medida disuasoria no funcionó.

7. LA CONDESA DESCALZA
Censura: En el doblaje, se cambió la traducción de multitud de escenas. También se cortaron otras, aunque sólo fuesen segundos.
Motivo: Al tito Paco no le hacían gracia una serie de temas, desde el adulterio hasta la Guerra Civil Española, y esta película los tocaba todos. Ava Gardner era una española fogosa que en una escena la explicaba a Humphrey Bogart las calamidades que había sufrido durante la guerra. Luego se casa y no para de ponerle los cuernos al marido con un joven latino apuesto, hasta el punto de quedarse embarazada de él, motivo por el que el marido se la carga. Ah, y se sobreentiende que Bogart es un gay en el armario (aunque eso no se podía decir ni en Estados Unidos).
Resultado: Regular. Si bien la película evitaba los temas tabú, lo hacía sacrificando su coherencia. Los diálogos inventados por los censores son de dos tipos: o bien dan vueltas y más vueltas sobre algún tema previo mientras se habla del tema prohibido, o bien se inventan cosas que no tienen ningún sentido. Al final, ver la película doblada es renunciar a enterarse de lo que ocurre. Por otro lado, que el conflicto final cambie del adulterio a la impotencia del marido no la convierte en menos inmoral. Al contrario, la hace hilarantemente pervertida. Y por otro lado, la gente siguió siendo adúltera y mentando a la madre de Franco en la intimidad.
6. EL ÚLTIMO TANGO EN PARÍS
Censura: Prohibida en España hasta 1978.
Motivo: Es una película que gira en torno al sexo salvaje sin compromiso entre una pareja de desconocidos. En un mundo ultracatólico, eso era como disparar al Papa. No había cosa que más repugnase al censor conservador, que normalmente estaba ligado a la Iglesia, que ver sexo y desnudos en pantalla, pero si encima la película publicitaba que no hacía falta casarse para tener un rato de asueto orgásmico, y que se podían emplear utensilios comunes como juguete penetrante, eso ya era un escándalo. ¡ES-CÁN-DA-LO!
Resultado: Contraproducente. El boca-oreja hizo que todo el mundo hablase de ella, dándole además una pátina de mito por el morbo extra que da lo prohibido en estos temas. Así que miles de españolitos, sobre todo de cerca de la frontera, pasaron a Francia para ver la película y restregárselo por la cara a sus amigos. Los cines de Perpignan hicieron su agosto hasta que el régimen se dio cuenta y comenzó a poner más controles fronterizos para evitar este éxodo cinematográfico-sexual. Lo cual no evitó que siguiesen viéndola, pero sí desvió un montón de recursos que seguro que eran más útiles en otro lado. Y por cierto, los puticlubs siguieron abiertos todo ese tiempo.

5. MOGAMBO
Censura: De nuevo cambiaron el doblaje de multitud de escenas.
Motivo: Otra vez el adulterio, en esta lucha constante de los censores contra un tema excesivamente recurrente en el cine de Hollywood (y en el de cualquier parte, y en la literatura, y…). En este caso, Clark Gable se enrolla con Grace Kelly delante de los morros de su amante (Ava Gardner) y del marido de la futura princesa (Donald Sinden). Tanto follerío extramatrimonial no sentó bien en la cúpula tijerera, que obligó a modificar el doblaje, convirtiendo a Grace y Donald en hermanos en lugar de una pareja aprobada por la Iglesia.
Resultado: Uno de los mayores ridículos que se recuerdan en términos de censura. Para evitar que los españolitos viesen un adulterio en la gran pantalla, lo convirtieron en un incesto. Los hermanos se besaban en la boca, se ponían excesivamente cariñosos entre ellos, dormían en la misma cama, él se mostraba posesivo y celoso con la relación entre Gable y Kelly… Y claro, los espectadores se quedaban a cuadros y algún visionario empezaba a pensar en niños extraños que tocan el banjo. Es una de las mejores muestras de la miopía intrínseca a un trabajo tan denostado y, en el fondo, innecesario. Tan centrados estaban en que no se violase su moral, que acabaron violándola ellos mismos de forma más grave incluso. Bueno, lo de más grave es un suponer, porque en estos círculos se mueve mucha hipocresía, mucho doble rasero y mucha perversión oculta…

4. EL CRIMEN DE CUENCA
Censura: Secuestrada por el gobierno durante un año y medio.
Motivo: Aquí ya no tenemos la excusa del franquismo. Corría el año 1980, y la extinta UCD estaba al frente del país, con Adolfo Suárez a la cabeza. Sin embargo, se consideró excesiva la minuciosidad con la que Pilar Miró presentaba las torturas que la Guardia Civil infligió a dos pastores por el presunto asesinato de otro, mediante las que se les obligó a confesar un crimen que no habían cometido. Un caso sucedido a principio de siglo XX y que no dejaba en buen lugar al cuerpo de seguridad por excelencia del Estado, entre otras cosas porque el supuesto asesinado ni siquiera estaba muerto, sólo se había mudado de pueblo.
Resultado: Inservible. Tras someter a Miró a un juicio en un Tribunal Militar por injurias a la Guardia Civil, la directora fue absuelta de los cargos y la película estrenada bajo la calificación S (prohibida para menores de 18 años). Toda la publicidad y polémica generada en torno a ella contribuyó a que fuese la película española más taquillera del año, y uno de los mayores éxitos del cine patrio de los ochenta. Gracias en parte a lo que cuenta el filme, en parte a la polémica suscitada por la censura y sobre todo a su fuerte ligazón con la dictadura, la Guardia Civil ha sido vista por la opinión pública con una cierta pátina pseudo-fascista que sólo ahora, con algo de distancia de por medio, se está difuminando.

3. SENDEROS DE GLORIA
Censura: Prohibida hasta 1986 (es decir, 29 años). Bueno, la prohibición en teoría se levantó antes, pero no la estrenaron aquí en cines hasta esa fecha.
Motivo: Otra de las características del régimen durante sus 36 años en el poder fue su ensalzamiento del militarismo. Al fin y al cabo, el mayor apoyo al bando de Franco por parte del ejército fue determinante en la victoria de éstos. Él mismo era general, por lo que una película que criticase la actuación del ejército en tiempos de guerra era sacrilegio de primer orden. Incluso aunque se refiriese al francés durante la I Guerra Mundial, que se supone que luchó en las antípodas ideológicas del fascismo. Ver a unos militares juzgar, condenar y ejecutar a tres inocentes por cobardía durante un ataque conscientemente suicida por parte de los mandos era intolerable. También lo fue para los franceses, que igualmente la prohibieron, pero a ellos al menos les tocaba directamente.
Resultado: Efectivo. Al fin y al cabo, durante esos años hacer carrera en el ejército era visto como una salida noble y con futuro, hasta el punto de que cada familia aspiraba a tener un político, un militar y un cura para ser familia de bien. ¿Y qué ocurrió cuando se pudo ver en España? Casualmente, por esa época comenzaron a aumentar drásticamente las objeciones de conciencia para no hacer el servicio militar obligatorio, hasta que llegó el punto de que tuvo que desaparecer. ¿Coincidencia? Lo más probable, pero no deja de ser gracioso. ¡Kubrick acabó con la mili!

2. EL GRAN DICTADOR
Censura: Prohibida hasta 1976 (es decir, 36 años).
Motivo: Charles Chaplin tuvo los huevos suficientes para criticar a Adolf Hitler y el nazismo cuando todavía no se había vuelto moneda de cambio habitual, e incluso en algunos círculos estaba mal visto (recordemos que el filme es americano). Y por extensión, también criticó al fascismo ya los regímenes autoritarios que estaban imponiéndose cada vez más en Europa. Claro, eso al tito Paco le sentó como una patada en la boca del estómago, recién engordado por su victoria bélica y su ascenso al poder. Y si para más inri el objeto de burla era su buen amigo Adolfo, apaga y vámonos. Menos mal que por entonces seguramente no era consciente de las vinculaciones comunistas de Chaplin, porque igual enviaba a alguien a que le pusiese una bomba.
Resultado: Indiferente. La derrota del eje (Hitler-Mussolini-Hirohito) en la Segunda Guerra Mundial supuso un golpe mayor, tanto para el fascismo como para las dictaduras, que cualquier película humorística de un cómico que unos años atrás estaba dándose de tartazos con otros. Tampoco quiere eso decir que la podrían haber estrenado sin problemas. Esa forma de ridiculizar a figuras que desde El Pardo se tenían en mucha estima no podía ser positiva para un régimen en donde el pensamiento libre y la mofa a la autoridad eran motivo de cárcel o incluso de fusilamiento. Si se hubiesen tenido que cargar a todos los que se riesen con Hynkel, no habría quedado mano de obra disponible para los terratenientes y caciques.

1. VIRIDIANA
Censura: Prohibida en España hasta 1977 (es decir, 16 años). Y eso que es una película española y financiada por el Estado.
Motivo: Ingenuidad. Por parte del franquismo, claro. Como Luis Buñuel era lo más en el extranjero y el régimen quería demostrar que no era tan malo y que se estaba abriendo al mundo, llamó a don Luis y le ofreció la oportunidad de salir de su destierro mexicano y rodar una película en España. Y les rodó esta película sacrílega, obscena, crítica tanto con la burguesía y la clase acomodada como con la plebe analfabeta, que se mofa de la santurronería hipócrita de la Iglesia y mil cosas más. En la fase de guión ya le quisieron hacer correcciones, pero lo que hizo Buñuel es ignorarlas o emplearlas para hacer algo todavía más bestia. Con dos cojones. Su paso por el Festival de Cannes levantó la liebre de los sectores conservadores europeos, que le leyeron la cartilla a los españoles por haber dejado pasar tal cosa. Así que la prohibieron.
Resultado: Una de cal y otra de arena. Se llevó la Palma de Oro, lo que le valió al filme la difusión internacional que se le negó dentro de nuestras fronteras, y además le proporcionó a Buñuel otra casa donde le acogían con los brazos abiertos para financiar sus delirios antisistema y anticlero: Francia. Sin embargo, en España provocó un endurecimiento de las leyes de censura, que habían intentado flexibilizarse. Como se les había colado esta película, decidieron que durante unos cuantos años más iban a estar con mano dura, no fuese que los artistas se les subiesen a las barbas con tanta libertad. El resultado es que muchas de las películas que aquí hemos visto tardaron tanto en llegar a España porque Buñuel tenía un talento innato para tocar las pelotas a Franco.
La pregunta es: ¿Existe la censura hoy? ¿Hasta qué punto es necesario un organismo que controle qué contenidos se ofrecen a los espectadores, y qué poder se les puede dar? No es un tema baladí, aunque sí dado a demagogias.
Como estamos hablando de un caso de censura nacional, el artículo se va a centrar sobre todo en los casos en los que el Franquismo (o el post-franquismo) hizo mella en el cine, aunque sin desmerecer algunos casos internacionales más que curiosos. Eso sí, si se incluyesen todas las censuras internacionales, se podría escribir un libro entero. Otro factor a considerar es que hay tres tipos de censura: prohibir el estreno de una película, cortarle escenas o el más autóctono, cambiar el doblaje para que diga otra cosa. De todo va a haber en la lista. Aviso: hay algún SPOILER al hablar de lo que se censuró en varios filmes.
Ah, mis disculpas por adelantado para los que se sientan ofendidos por la verborrea antifranquista del artículo. Bueno, mis disculpas no. Es una pena que las personas se sientan ofendidas, hablando en general, pero está claro que no voy a sentirme mal por criticar a una dictadura.
Menciones especiales:
- Saló o los 120 Días de Sodoma: Mostrar torturas, violaciones, coprofagia y demás lindeces hizo que estuviese prohibida en medio mundo, y aún hoy lo siga en algunos países. Aquí tuvimos que esperar varios años para verla, y en una versión recortada.
- La Naranja Mecánica: La cinta de Stanley Kubrick estuvo prohibida en España hasta 1975 por su carga sexual y violenta. Pero peor le fue en el Reino Unido, donde se retiró de circulación hasta el año 2000 por varios asaltos criminales que imitaban los sucesos del filme.
- La Matanza de Texas: Violenta y desasosegante pese a mostrar poca sangre, la pionera del slasher no se pudo ver en España hasta 1978, pero fuimos pioneros respecto a países como Finlandia (1997), Australia (1984), Francia (1982), Islandia (2000) o Brasil (1998).

10. THE PROFIT
Censura: Prohibida su exhibición por resolución judicial hasta hoy en día.
Motivo: Al parecer, esta cinta independiente se basa en la Iglesia de la Cienciología para, sin mencionarla explícitamente, mofarse de ella y de sus crédulos integrantes. Esto no les hizo nada de gracia a los discípulos de L. Ron Hubbard, que consiguieron que un juez impidiese la distribución del filme. Posiblemente nunca se vea más que de forma clandestina.
Resultado: Indiferente, porque están desprestigiados con o sin película. Nadie en su sano juicio forma parte de la Iglesia de la Cienciología, que es vista por la opinión pública como una secta de premisas ridículas integrada por imbéciles con dinero. Además, si no han desaparecido tras el escarnio público provocado por Campo de Batalla: La Tierra, es improbable que una cinta independiente consiguiese arrancar la mala hierba.

9. POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS
Censura: Prohibida hasta 1978 (es decir, 35 años).
Motivo: Cuando el bando Nacional ganó la Guerra Civil, automáticamente en España sólo se permitían las visiones de este conflicto que les pusiesen a ellos como los héroes y mártires, y a los ‘rojos’ como los villanos asesinos. Ese fue el motivo para prohibir esta cinta que sigue las desventuras de un inglés que apoya al bando republicano. Y eso que el contenido del filme está casi desprovisto de cualquier atisbo político por obra de la censura americana, el Código Hays, que también atacaba cualquier cosa teñida de grana. Vamos, que Franco no quería ver ni una versión light de la obra de Hemingway que le ponía a caer de un burro.
Resultado: Indiferente. Por un lado, la película tuvo éxito con o sin España (fue nominada a nueve Oscars, de los que se llevó uno), lo que junto al colegueo Paco-Adolf contribuyó a que el público internacional nos retirase cualquier simpatía provocada por la ignorancia de que nos habían sustituido una democracia por una dictadura que atentaba diariamente contra los Derechos Humanos. Por el otro, los españoles siguieron pensando lo mismo que ya pensaban con película o sin ella: los que estaban con Franco, siguieron disfrutando de su régimen; los que no, siguieron mascullando a escondidas en su contra hasta que pudieron celebrar su muerte. La película de Sam Wood no habría convencido a ninguno de nada de lo que no estuviesen ya seguros.

8. VIDAS REBELDES
Censura: Se cortaron y redoblaron infinidad de escenas.
Motivo: De nuevo la miopía moral del régimen franquista contribuyó a destrozar esta cinta crepuscular. Se eliminaron escenas por ser demasiado sensuales, otras por aludir al divorcio causado por malos tratos del marido de Marilyn Monroe, y otras sencillamente para evitar que la película fuese demasiado deprimente. Es el único motivo por el que se puede justificar que cortasen escenas en las que Clark Gable y Montgomery Clift hablan sobre lo mucho que lamentan la pérdida de sus hijos y su padre, respectivamente.
Resultado: Pobre. Sin esas escenas, la película no tiene casi chicha ni mucha coherencia narrativa, cosa que el señor censor no debió de plantearse cuando decidió que su tijera era mejor artista que John Huston. Y encima, ahora que se puede ver la versión íntegra, la han restaurado de la peor forma posible: doblando por separado las escenas cortadas en su día, con otros actores cuya voz no sólo no se parece a la de los originales, sino que parecen principiantes. Siempre quedará la versión original. Respecto a conseguir el objetivo que buscaban, el divorcio se instauró en España cuando murió Franco y la gente se lanzó a él como si regalasen un coche nuevo por cada paquete de tres, así que como medida disuasoria no funcionó.

7. LA CONDESA DESCALZA
Censura: En el doblaje, se cambió la traducción de multitud de escenas. También se cortaron otras, aunque sólo fuesen segundos.
Motivo: Al tito Paco no le hacían gracia una serie de temas, desde el adulterio hasta la Guerra Civil Española, y esta película los tocaba todos. Ava Gardner era una española fogosa que en una escena la explicaba a Humphrey Bogart las calamidades que había sufrido durante la guerra. Luego se casa y no para de ponerle los cuernos al marido con un joven latino apuesto, hasta el punto de quedarse embarazada de él, motivo por el que el marido se la carga. Ah, y se sobreentiende que Bogart es un gay en el armario (aunque eso no se podía decir ni en Estados Unidos).
Resultado: Regular. Si bien la película evitaba los temas tabú, lo hacía sacrificando su coherencia. Los diálogos inventados por los censores son de dos tipos: o bien dan vueltas y más vueltas sobre algún tema previo mientras se habla del tema prohibido, o bien se inventan cosas que no tienen ningún sentido. Al final, ver la película doblada es renunciar a enterarse de lo que ocurre. Por otro lado, que el conflicto final cambie del adulterio a la impotencia del marido no la convierte en menos inmoral. Al contrario, la hace hilarantemente pervertida. Y por otro lado, la gente siguió siendo adúltera y mentando a la madre de Franco en la intimidad.
6. EL ÚLTIMO TANGO EN PARÍS
Censura: Prohibida en España hasta 1978.
Motivo: Es una película que gira en torno al sexo salvaje sin compromiso entre una pareja de desconocidos. En un mundo ultracatólico, eso era como disparar al Papa. No había cosa que más repugnase al censor conservador, que normalmente estaba ligado a la Iglesia, que ver sexo y desnudos en pantalla, pero si encima la película publicitaba que no hacía falta casarse para tener un rato de asueto orgásmico, y que se podían emplear utensilios comunes como juguete penetrante, eso ya era un escándalo. ¡ES-CÁN-DA-LO!
Resultado: Contraproducente. El boca-oreja hizo que todo el mundo hablase de ella, dándole además una pátina de mito por el morbo extra que da lo prohibido en estos temas. Así que miles de españolitos, sobre todo de cerca de la frontera, pasaron a Francia para ver la película y restregárselo por la cara a sus amigos. Los cines de Perpignan hicieron su agosto hasta que el régimen se dio cuenta y comenzó a poner más controles fronterizos para evitar este éxodo cinematográfico-sexual. Lo cual no evitó que siguiesen viéndola, pero sí desvió un montón de recursos que seguro que eran más útiles en otro lado. Y por cierto, los puticlubs siguieron abiertos todo ese tiempo.

5. MOGAMBO
Censura: De nuevo cambiaron el doblaje de multitud de escenas.
Motivo: Otra vez el adulterio, en esta lucha constante de los censores contra un tema excesivamente recurrente en el cine de Hollywood (y en el de cualquier parte, y en la literatura, y…). En este caso, Clark Gable se enrolla con Grace Kelly delante de los morros de su amante (Ava Gardner) y del marido de la futura princesa (Donald Sinden). Tanto follerío extramatrimonial no sentó bien en la cúpula tijerera, que obligó a modificar el doblaje, convirtiendo a Grace y Donald en hermanos en lugar de una pareja aprobada por la Iglesia.
Resultado: Uno de los mayores ridículos que se recuerdan en términos de censura. Para evitar que los españolitos viesen un adulterio en la gran pantalla, lo convirtieron en un incesto. Los hermanos se besaban en la boca, se ponían excesivamente cariñosos entre ellos, dormían en la misma cama, él se mostraba posesivo y celoso con la relación entre Gable y Kelly… Y claro, los espectadores se quedaban a cuadros y algún visionario empezaba a pensar en niños extraños que tocan el banjo. Es una de las mejores muestras de la miopía intrínseca a un trabajo tan denostado y, en el fondo, innecesario. Tan centrados estaban en que no se violase su moral, que acabaron violándola ellos mismos de forma más grave incluso. Bueno, lo de más grave es un suponer, porque en estos círculos se mueve mucha hipocresía, mucho doble rasero y mucha perversión oculta…

4. EL CRIMEN DE CUENCA
Censura: Secuestrada por el gobierno durante un año y medio.
Motivo: Aquí ya no tenemos la excusa del franquismo. Corría el año 1980, y la extinta UCD estaba al frente del país, con Adolfo Suárez a la cabeza. Sin embargo, se consideró excesiva la minuciosidad con la que Pilar Miró presentaba las torturas que la Guardia Civil infligió a dos pastores por el presunto asesinato de otro, mediante las que se les obligó a confesar un crimen que no habían cometido. Un caso sucedido a principio de siglo XX y que no dejaba en buen lugar al cuerpo de seguridad por excelencia del Estado, entre otras cosas porque el supuesto asesinado ni siquiera estaba muerto, sólo se había mudado de pueblo.
Resultado: Inservible. Tras someter a Miró a un juicio en un Tribunal Militar por injurias a la Guardia Civil, la directora fue absuelta de los cargos y la película estrenada bajo la calificación S (prohibida para menores de 18 años). Toda la publicidad y polémica generada en torno a ella contribuyó a que fuese la película española más taquillera del año, y uno de los mayores éxitos del cine patrio de los ochenta. Gracias en parte a lo que cuenta el filme, en parte a la polémica suscitada por la censura y sobre todo a su fuerte ligazón con la dictadura, la Guardia Civil ha sido vista por la opinión pública con una cierta pátina pseudo-fascista que sólo ahora, con algo de distancia de por medio, se está difuminando.

3. SENDEROS DE GLORIA
Censura: Prohibida hasta 1986 (es decir, 29 años). Bueno, la prohibición en teoría se levantó antes, pero no la estrenaron aquí en cines hasta esa fecha.
Motivo: Otra de las características del régimen durante sus 36 años en el poder fue su ensalzamiento del militarismo. Al fin y al cabo, el mayor apoyo al bando de Franco por parte del ejército fue determinante en la victoria de éstos. Él mismo era general, por lo que una película que criticase la actuación del ejército en tiempos de guerra era sacrilegio de primer orden. Incluso aunque se refiriese al francés durante la I Guerra Mundial, que se supone que luchó en las antípodas ideológicas del fascismo. Ver a unos militares juzgar, condenar y ejecutar a tres inocentes por cobardía durante un ataque conscientemente suicida por parte de los mandos era intolerable. También lo fue para los franceses, que igualmente la prohibieron, pero a ellos al menos les tocaba directamente.
Resultado: Efectivo. Al fin y al cabo, durante esos años hacer carrera en el ejército era visto como una salida noble y con futuro, hasta el punto de que cada familia aspiraba a tener un político, un militar y un cura para ser familia de bien. ¿Y qué ocurrió cuando se pudo ver en España? Casualmente, por esa época comenzaron a aumentar drásticamente las objeciones de conciencia para no hacer el servicio militar obligatorio, hasta que llegó el punto de que tuvo que desaparecer. ¿Coincidencia? Lo más probable, pero no deja de ser gracioso. ¡Kubrick acabó con la mili!

2. EL GRAN DICTADOR
Censura: Prohibida hasta 1976 (es decir, 36 años).
Motivo: Charles Chaplin tuvo los huevos suficientes para criticar a Adolf Hitler y el nazismo cuando todavía no se había vuelto moneda de cambio habitual, e incluso en algunos círculos estaba mal visto (recordemos que el filme es americano). Y por extensión, también criticó al fascismo ya los regímenes autoritarios que estaban imponiéndose cada vez más en Europa. Claro, eso al tito Paco le sentó como una patada en la boca del estómago, recién engordado por su victoria bélica y su ascenso al poder. Y si para más inri el objeto de burla era su buen amigo Adolfo, apaga y vámonos. Menos mal que por entonces seguramente no era consciente de las vinculaciones comunistas de Chaplin, porque igual enviaba a alguien a que le pusiese una bomba.
Resultado: Indiferente. La derrota del eje (Hitler-Mussolini-Hirohito) en la Segunda Guerra Mundial supuso un golpe mayor, tanto para el fascismo como para las dictaduras, que cualquier película humorística de un cómico que unos años atrás estaba dándose de tartazos con otros. Tampoco quiere eso decir que la podrían haber estrenado sin problemas. Esa forma de ridiculizar a figuras que desde El Pardo se tenían en mucha estima no podía ser positiva para un régimen en donde el pensamiento libre y la mofa a la autoridad eran motivo de cárcel o incluso de fusilamiento. Si se hubiesen tenido que cargar a todos los que se riesen con Hynkel, no habría quedado mano de obra disponible para los terratenientes y caciques.

1. VIRIDIANA
Censura: Prohibida en España hasta 1977 (es decir, 16 años). Y eso que es una película española y financiada por el Estado.
Motivo: Ingenuidad. Por parte del franquismo, claro. Como Luis Buñuel era lo más en el extranjero y el régimen quería demostrar que no era tan malo y que se estaba abriendo al mundo, llamó a don Luis y le ofreció la oportunidad de salir de su destierro mexicano y rodar una película en España. Y les rodó esta película sacrílega, obscena, crítica tanto con la burguesía y la clase acomodada como con la plebe analfabeta, que se mofa de la santurronería hipócrita de la Iglesia y mil cosas más. En la fase de guión ya le quisieron hacer correcciones, pero lo que hizo Buñuel es ignorarlas o emplearlas para hacer algo todavía más bestia. Con dos cojones. Su paso por el Festival de Cannes levantó la liebre de los sectores conservadores europeos, que le leyeron la cartilla a los españoles por haber dejado pasar tal cosa. Así que la prohibieron.
Resultado: Una de cal y otra de arena. Se llevó la Palma de Oro, lo que le valió al filme la difusión internacional que se le negó dentro de nuestras fronteras, y además le proporcionó a Buñuel otra casa donde le acogían con los brazos abiertos para financiar sus delirios antisistema y anticlero: Francia. Sin embargo, en España provocó un endurecimiento de las leyes de censura, que habían intentado flexibilizarse. Como se les había colado esta película, decidieron que durante unos cuantos años más iban a estar con mano dura, no fuese que los artistas se les subiesen a las barbas con tanta libertad. El resultado es que muchas de las películas que aquí hemos visto tardaron tanto en llegar a España porque Buñuel tenía un talento innato para tocar las pelotas a Franco.
La pregunta es: ¿Existe la censura hoy? ¿Hasta qué punto es necesario un organismo que controle qué contenidos se ofrecen a los espectadores, y qué poder se les puede dar? No es un tema baladí, aunque sí dado a demagogias.