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An Education
'Aprendiendo a vivir'
La película recoge lo mejor del clasicismo inglés (es obligada su versión original para degustar al 100% el film) de la época. Todo está perfectamente recreado, acompañado de la eterna lluvia londinense, las pintas de cerveza, los fumadores compulsivos (¿se ha prohibido rodar escenas de tabaco en el cine de los últimos años?) y sobretodo unos esplendidos actores, empezando por un Alfred Molina obsesionado con la educación de su hija, un Peter Sarsgaard que encandila a cualquiera, y una Carey Mulligan que se come la pantalla
Estreno en España: 26 de Febrero de 2009
CRÍTICA
Ser una joven inglesa de clase media en el Londres de los años 60, y que tus padres sólo piensen en que vayas a Oxford, es cuanto menos algo duro de digerir cuando sólo tienes 16 años. Por eso cuando aparece ante ti un apuesto hombre que te descubre un mundo más allá de los libros, donde la música y el arte no sólo se estudian, si no que se palpan, y además te lleva a restaurantes, bares, viajes...¿quién podría resistirse? Esto es lo que debió pensar Lynn Barber, cuyas memorias han sido adaptadas de forma magistral por Lone Scherfig en esta pequeña joya llamada Una Educación.
(Más imágenes en su galería)
La película recoge lo mejor del clasicismo inglés (es obligada su versión original para degustar al 100% el film) de la época. Todo está perfectamente recreado, acompañado de la eterna lluvia londinense, las pintas de cerveza, los fumadores compulsivos (¿se ha prohibido rodar escenas de tabaco en el cine de los últimos años?) y sobretodo unos esplendidos actores, empezando por un Alfred Molina obsesionado con la educación de su hija, un Peter Sarsgaard que encandila a cualquiera, y una Carey Mulligan que se come la pantalla y hace creíble un personaje que pasa por las etapas de desengaños, alegrías y decepciones con una facilidad asombrosa. Sin duda una de las interpretaciones de año y un merecidísimo Oscar que por desgracia parece que no se va a llevar.
No nos encontramos ante una obra maestra que vaya a cambiar el cine, y realmente hay poco de original en Una Educación, pero tenemos una historia muy bien llevada, una empatía sobresaliente con la joven Jane desde el primer plano, ya sea con sus sueños, sus aspiraciones, o su radical cambio de vida al aparecer David. Si todo ello está perfectamente rodado, acompañado de música de la época y de (para los amantes de Londres) una auténtica representación visual de la Inglaterra de los 60, tenemos ante nosotros una cinta que no debe pasar desapercibida, y más cuando estamos ante una historia real, que nos podría haber pasado a cualquiera. Los tiempos han cambiado, pero los sentimientos siguen siendo los mismos.
Víctor Toyos
26/02/2010
Valoración
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