'Lo mejor: el perro'

A pesar de la presencia de Owen Wilson y Jennifer Aniston, de que haya un perro de por medio y de que la (desafortunada como viene siendo habitual) traducción del título en nuestro país haya sido Una pareja de Tres (Marley & Me; en el original), no nos encontramos ante la típica comedia romántica

Estreno en España: 18 de Marzo de 2009
CRÍTICA
Lo Mejor: El Perro (2/5)
A pesar de la presencia de Owen Wilson y Jennifer Aniston, de que haya un perro de por medio y de que la (desafortunada como viene siendo habitual) traducción del título en nuestro país haya sido “Una pareja de Tres” (“Marley & Me” en el original), no nos encontramos ante la típica comedia romántica, si no que estamos ante una cinta que a lo largo de sus casi dos horas, un metraje inusual para una película de estas características, no acaba de definir su propia personalidad como pura comedia o como drama con tintes graciosos.

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El film, que comienza en la luna de miel de los protagonistas (ambos periodistas) y su traslado a las cálidas costas de California, y de cómo ambos forman familia comenzando por el perro, un travieso labrador llamado Marley (por el cantante reggae). A partir de aquí se describe el proceso del tránsito de la alocada juventud a la sosegada madurez que a los protagonistas de la historia toca vivir. El azucarado y moralista argumento se basa en un libro autobiográfico del periodista John Grogan.
David Mankel, que obtuvo un éxito considerable con su anterior obra: ‘El Diablo Viste de Prada’, se pone aquí al servicio de su conocida pareja protagonista, dirigiendo sin personalidad este vehículo de lucimiento para las (escasas) capacidades interpretativas de Owen Wilson y los reiterativos tics de Jennifer Aniston, cuyo personaje ya habíamos visto en algún lugar ¿Dónde ha podido ser? Ah, sí, en Friends claro.
Ni siquiera la presencia del pobre animal logra levantar la película ya que sus apariciones, bastante flojas, repetitivas y nada originales (nada que no se haya visto ya en Beethoven o cualquiera de las miles de películas protagonizadas por perros), además, son bastante escasas.
De manera que tenemos una comedia con perro en la que el perro no aparece demasiado, en dos ocasiones busca la lágrima ya no de forma tramposa sino optando directamente por sufrir conscientemente el ‘síndrome de película de después de comer’ y que además gasta por lo menos 40 minutos más de lo que debería, siendo esas casi dos horas de duración el primer fallo de una lista bastante considerable.
Pablo Díaz Jiménez