Fernando Fernán Gómez

Fernando Fernández Gómez nació el 28 de Agosto de 1921 en Perú, cuando la compañía teatral de su madre estaba de gira por Sudamérica. Por haber nacido hijo de una relación extramatrimonial, su padre, el actor Luis Fernando Díaz de Mendoza y Guerrero, nunca llegó a reconocer oficialmente su paternidad y, además, sus padres nunca pudieron llegar a casarse. Esto condicionó en parte el carácter posterior del Fernán Gómez.
Tras iniciar la carrera de Filosofía y Letras en Madrid, pronto descubrió su auténtica vocación: el teatro. Durante la Guerra Cívil ingresó en la CNT y recibió clases de interpretación. En 1938 hizo su debut como profesional en la compañía de Laura Pinillos y en una de las funciones fue descubierto por el dramaturgo Enrique Jardiel Poncela, quien le en 1940 le daría uno de los papeles de su obra "Los ladrones somos gente honrada".
En 1943 fue contratado por la productora Cifesa y fue así como el cine irrumpió en su vida. Debutó en el séptimo arte en la adaptación de la novela de Carmen Icaza, Cristian Guzmán, profesora de idiomas, realizada por Gonzalo Delgrás. Durante aquel 1943 participó en seis producciones en total, pero no sería hasta el años siguiente, 1944, cuando se hizo con su primer papel protagonista, concretamente en el film de Raffaello Matarazzo "Empezó en boda". Sin olvidar su faceta como actor teatral, durante los 40 sus películas más celebradas de aquella década fueron Botón de ancla y Balarrasa.
Durante los 50, ya dando muestras de su conocida polifacética vena creativa, también empezó a escribir guiones y a dirigir películas, experiencia que no le era totalmente desconocida debido a que ya llevaba años escribiendo y dirigiendo obras para el teatro. Manicomio, realizada en 1954, fue su debut como director y guionista y sería la primera de sus 30 películas. De sus inicios como director, sus obras corrieron desigual fortuna, aunque las que mejor resultados cosecharon fueron "El malvado Carabel" y las comedias "La vida por delante" y "La vida alrededor", en las que compartió cartel con la que sería una de sus parteneires más habituales: Analía Gadé.
En aquella década su vena actoral se consagró en el cine por sus celebradas apariciones en comedias como "El fenómeno", pero también en dramas como "La gran mentira". Esta consideración le condujo a ser un nombre reseñable en la escena nacional y por ello también participó en co producciones italo-españolas, aunque también participó en obras más arriesgadas a nivel nacional como la famosa "Esa pareja feliz" de Bardem y Berlanga, la que se considera la vanguardia del posteriormente conocido como "nuevo cine español".
Durante los 60 las comedias dominaron su filmografía (la adaptación de Mihura "Ninette y un señor de Murcia" o "La venganza de Don Mendo"), lo que le dio crédito para también emprender obras más duras, como "El mundo sigue" y sobretodo "El extraño viaje", su gran obra maestra y una de las obras más importantes que el cine español haya dado jamás, una obra que por su espríritu crítico con la sociedad franquista tuvo duros encuentros con la censura, lo que no quitó que a la larga se haya consagrado.
Los artistas de la trancisión no lo olvidaron a pesar de ser uno de los iconos del cine de antaño y se convirtió en uno de los actores más solicitados, participando en algunos de los títulos más relevantes que el cine español dio durante aquellos años: "El espíritu de la Colmena", "Mamá cumple cien años", "¡Arriba Azaña!", "El anacoreta" o "Los restos del naufragio", entre otras. Su aparición en la película “El Anarcoreta” fue premiada en el festival de Cine de Berlín como la mejor actuación en la edición de 1976, aunque en 1984 también sería premiado en el mismo festival por su aparición en el filme “Stico”, que protagonizó junto a Agustín González. El de Berlín no fue el único festival internacional de renombre que le premiara, no en vano también el festival de Venecia le entregaría e galardón de mejor actor por su trabajo en “Los Zancos”, de Carlos Saura, también en 1984.
Tras el fallecimiento de Franco y la legalización de la CNT pasó a formar parte muy activa del Sindicato de Espectáculos de Barcelona.
Para televisión también realizó, escribió y protagonizó una exitosa serie de corte histórico: "El Pícaro", en 1974.
Gutiérrez Aragón contó con él en 1981 para que actuara en la célebre "Maravillas", iniciándose así una tanda de importantes éxitos de crítica y público de los que formaron parte películas como "La Colmena", Stico, Réquiem por un campesino español, Viaje a ninguna parte, La mitad del cielo o La corte del faraón. En 1986 rodó en Argentina para Raúl de la Torre la película "Pobre mariposa" en la que también participaron Vittorio Gassman, Bibi Andersson y Fernand Rey. En aquella época también destacaron sus colaboraciones para televisión adaptando obras de Benito Pérez Galdós. En esa década también volvió a trabajar con antiguos compañeros como Berlanga (en “Moros y Cristianos”, Manuel Gutiérrez Aragón (“Los Zancos”), amén de varios trabajos de uno de los directores patrios más reputados, Carlos Saura.
Esta década fue importante para Fernando Fernán Gómez debido a que fue también la época en la que trabajó más activamente en su faceta literaria. Escribió numerosos y personalísimos artículos para Diario 16 o El País, pero dónde realmente se volcó fue en la escritura de novelas de carácter autobiográfico y otras de carácter histórico y varios volúmenes de ensayo. Entre éstas, la que mayor repercusión cosechó fue su aubiografía en dos volúmenes: "El tiempo amarillo" y "Las bicicletas son para el verano", su obra teatral más importante, prontamente adaptada para el cine, la cual narra algunos de sus recuerdos infantiles de la Guerra Civil.
Diversos problemas de salud hicieron que los 90 fuera una de las décadas con menor volumen de trabajo de su prolífica carrera, aunque puede que también escasearan papeles consistentes para un actor de su talla. Lo que no quita que apareciera en películas de éxito como "Belle Epoque", "El Abuelo", "La lengua de las mariposas" o el "Todo sobre mi madre", de Pedro Almódovar, quien era un confeso admirador de Fernán Gómez.
La siguiente década, entre sus trabajos actorales, destacaron "El Embrujo de Shanghai", "En la Ciudad sin Límites" y "Visionarios".
Como director, fiel a su interés por la cultura histórica nacional, realizó su última obra como director cinematográfico: "El Lazarillo de Tormes".
Marisa Paredes, como presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, le entregó la Medalla de Oro de la Academia. A ese se le sumaba también el premio Príncipe de Asturias de las Artes, recibido en 1995 y el nombramiento como miembro de la Academia de la Lengua Española, que fue en el 2000.
A los 86 años de edad, el 21 de noviembre de 2007, Fernando Fernán Gómez fallecía en el área de el madrileño Hospital Universitario La Paz, tras haber estado ingresado durante un mes para ser tratado de una grave neumonía que a la postre acabaría con su existencia, haciendo así que España perdiera a uno de sus artistas más polivalentes, ilustres y extraordinarios de toda su historia.