En el Londres actual, Quinn, un niño de 12 años, despierta por error a un enorme dragón de su letargo de siglos. Veinte años más tarde, pueden apreciarse las devastadoras consecuencias del paso de la bestia y de sus vástagos en la práctica totalidad del planeta. Los dragones son seres extremadamente inteligentes, muy evolucionados y no tienen ninguna intención de compartir la Tierra con los humanos. Quinn se ha hecho mayor y ahora es Jefe de Bomberos. Su tarea es mantener a las bestias alejadas y defender a una pequeña comunidad que lucha por su supervivencia. En medio de este caos aparece Van Zan, un emprendedor americano que afirma saber cómo acabar con los dragones y salvar a la humanidad; y además con un método que Quinn jamás había visto utilizar antes.
Cuando Mathew McConaughey estuvo rodando esta película en Dublín siguió con su pasatiempo preferido (tocar el bongo, una especie de tambor) en la calle, con el dinero que le daba la gente al más puro estilo artista de metro se pagaba las cervezas que después se tomaba.