El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey

Veo en vuestra mirada el miedo que encogería mi corazón. Pudiera llegar el día en que el valor de los hombres decayera, en que olvidáramos a nuestros compañeros y se rompieran los lazos de nuestra comunidad; pero hoy no es ese día. En que una horda de lobos y escudos rotos rubricaran la consumación de la Edad de los Hombres. ¡Pero hoy no es ese día! ¡En este día lucharemos! ¡Por todo aquello que vuestro corazón ama de esta buena tierra, os llamo a luchar! ¡Hombres del Oeste! (Aragorn).

El tiempo del hombre ha muerto, la hora del orco, ha llegado.. (jefe orco).

Caballeros de Rohan, os une un juramento, dadle ahora cumplimiento... (Eomer)

Las estrellas se nublan, algo se inquieta en el este. Una insomne malicia. El ojo del enemigo avanza (Legolas).

Ahora atiende, el Sr. Denethor, es padre de Boromir. Darle la noticia de la muerte de su hijo amado sería más que imprudente. No menciones a Frodo, ni al anillo. Y ni una palabra de Aragorn... digo más, mejor no abras esa boca Peregrin Tuk (Gandalf).

¡No te ha sido otorgada la autoridad de autoridad de negar el retorno del Rey, Senescal! (Gandalf).

¡Avanzad sin temor a la oscuridad! ¡Luchad! ¡Luchad jinetes de Theoden! Caerán las lanzas, se quebrarán los escudos. Aún restará la espada. Rojo será el día hasta el nacer del sol (Theoden).

¡Cabalgad! ¡Galopad! ¡Cabalgad hasta la desolación y el fin del mundo! ¡Muerte! ¡Muerte! (Theoden).

Pippin- Nunca pensé en este final.
Gandalf- ¿Final? El viaje no concluye aquí. La muerte es otro sendero que recorreremos todos. El velo gris de este mundo se levanta y todo se convierte en plateado cristal. Es entonces... cuando se ve...
Pippin- ¿Qué, Gandalf? ¿Qué se ve?
Gandalf- La blanca orilla, y más allá la inmensa campiña verde tendida ante un fugaz amanecer.
Pippin- Bueno, eso no está mal.
Gandalf- No, no desde luego.

Gimli- Nunca imaginé que moriría peleando junto a un elfo.
Legolas- ¿Tampoco peleando junto a un amigo?
Gimli- Sí, eso sin dudar.

Gandalf: No diré no lloréis, pues no todas las lágrimas son amargas.