¿Quien no ha tenido nunca una pesadilla? Una pesadilla de las realmente terroríficas. De esas en las que te despiertas sudando y con la sensación de que has corrido un grave peligro mientras dormías, pero que ya estás en tu casa, seguro, abrazado a tu cojín favorito, así que suspiras aliviado. A veces incluso tienes miedo de volver a quedarte dormido por si la pesadilla vuelve, por si el asesino que acecha tras tus párpados sigue ahí cuando los cierras. ¿No te ha pasado nunca? Si te ha pasado y vives en la Calle del Olmo, y aún más, si tu edificio tiene caldera central, yo de tí estaría preocupado, porque probablemente él esté esperándote en cualquier rincón de tus sábanas para no dejarte despertar jamás.