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10 formas de llevar la crisis de la mediana edad
José Hernández, 26/09/2010
Después de una semana intensiva donde sólo existía una actriz para los medios de comunicación nacionales, se estrena Come, Reza, Ama. Una película en la que se presenta el conflicto que más interesa a cualquier espectador, y por el que más sufren: una mujer rica al borde de los 40 se pasa un año de vacaciones por el mundo porque su marido la ha dejado. ¡Qué pena, la pobre! ¡Con belleza, salud, dinero, trabajo, amor, sexo y con un problemón! Es un ejemplo más de las crisis favoritas de Hollywood, y en el TOP10 DE CINEOL vamos a ver las ideas que nos dan para solucionarlo.

Puede que las crisis que nos presentan en Hollywood sean absurdas. Al fin y al cabo, la mayor tragedia para un actor es que su caravana sea más pequeña que la de su compañero de reparto, o que sólo le hayan traído siete bandejas de mangos de Paraguay en lugar de las nueve que exigía. Sin embargo, eso no les impide plantear diversas estrategias con las que podemos solucionar nuestra situación y ser de nuevo súperfelices. Eso no quiere decir que sean efectivas, realistas o siquiera seguras para nuestra integridad, pero oye, al menos ellos lo intentan, y por un precio más módico que un psicoterapeuta.
Por cierto, en este artículo hay SPOILERS. Están en el apartado “Resultado”, así que si no habéis visto la película en cuestión, simplemente evitadlo y ya está.
Menciones especiales:
- Comprarte una casa en la Toscana: Para Diane Lane, la solución perfecta para un divorcio. Para cualquier otra mujer de 50 años, una forma de arruinarse, irse a un país con un idioma que no entiende y ser acosada por los italianos, que en realidad no son seductores y apolíneos, sino pesados y garrulos.
- Aprender a bailar: Diga lo que diga Richard Gere, los hombres sólo van a clases de baile por dos motivos: o son gays, o quieren aumentar sus posibilidades de mojar. Como ninguno de esos es el caso, sino que lo hace para ‘sentirse vivo de nuevo’, uno se pregunta qué utilidad puede tener eso en la vida real.
- Aprender a ser un vaquero: Si tienes un trabajo, una novia que te quiere, una casa en la que vives, y dinero para irte de sanfermines, tu vida está vacía. Para Billy Crystal, eso se soluciona provocando estampidas y cruzando ríos en plena crecida. Con bueyes a lo mejor mola, pero aquí tendríamos que conformarnos con cabras.

10. BUSCARTE UN AMANTE
Película: Infiel.
Problema: Un matrimonio insulso con uno de los sex-symbols por excelencia de los ochenta.
Solución: Una aventura con un joven francés de cuerpo escultural, cara interesante y acento irresistiblemente macarrónico.
Resultado: Unos cuantos meses de estar bien follada y recuperar la confianza en sí misma (porque todos sabemos que Diane Lane necesita una aventura para sentirse bella), hasta que el marido se entera y se carga al amante. Después, una reconciliación forzada en la que la culpa mutua se extiende como una sombra sobre la pareja.
En la vida real: Un proceso de divorcio largo y costoso, la pérdida de la casa, el dinero y la custodia de los hijos, y unos pocos meses más de estar bien follada, hasta que el francés se va con otra más joven o ella se entera de que se ha estado tirando a una decena de otras mujeres a sus espaldas.

9. VIVIR COMO UN ADOLESCENTE
Película: American Beauty.
Problema: Un trabajo aburrido con peligro de despido, un matrimonio insulso con una mujer excesivamente ambiciosa que le pone los cuernos, y una hija que le ignora.
Solución: Chantajear a sus jefes para que el despido le salga rentable e irse a trabajar a un MacDonald’s, que es la cumbre de lo ideal en cuanto a trabajos. Darse todos los caprichos que nunca pudo tener, como un coche nuevo. Fumar porros. Ponerse cachas. Intentar ligarse a la mejor amiga de su hija.
Resultado: Su mujer le odia más que nunca y piensa en matarle. Su hija le odia más que nunca y piensa en matarle junto a su novio, el posible psicópata. Su vecino homófobo, fascista y maltratador se cree que es gay y se está aprovechando de su hijo, así que piensa en matarle. Y lo hace. Y encima ni siquiera se ha beneficiado a la amiga de su hija, porque le ha entrado un arrebato de conciencia.
En la vida real: Su mujer se divorciaría al instante (si no lo había hecho ya) y se llevaría consigo a su hija. Perdería la casa, el coche, y se vería obligado a vivir en una caravana, que es lo único que puede pagar con su sueldo de mierda. Acabaría dándose a la bebida o peor, a la droga. Eso si no acaba antes en la cárcel por abuso de menores.

8. IRTE DE VINOS
Película: Entre Copas.
Problema: Falta de dinero, falta de amor y de sexo desde que su última novia le dejó por otro hombre, y para colmo, la incertidumbre de no saber si el libro en el que ha estado trabajando durante años va a ser publicado.
Solución: Montarle una despedida de soltero a su mejor (y único) amigo de una semana por la región vinícola de California, yendo de bodega en bodega para probar caldos, jugando al golf y emborrachándose continuamente. Y de paso, conocer a alguna chica.
Resultado: El futuro casado es el que consigue enrollarse con una chica, mientras Paul Giamatti se come los mocos con una tía por encima de sus posibilidades y cae en la bebida. Pero luego, afortunadamente, es él el que se lleva el gato al agua a largo plazo. Eso sí, el libro no se lo publican.
En la vida real: El libro no se lo publican. Su amigo vive su vida de casado mientras se enrolla con jovencitas turgentes a espaldas de su mujer. Él no consigue nada con la rubia despampanante y no la vuelve a ver. Termina sus días de crítico literario en una revistucha de mala muerte que apenas le llega para pagar el alquiler e irse de putas una vez al mes.

7. BUSCAR A TU HIJO PERDIDO
Película: Flores Rotas.
Problema: La última novia de Bill Murray se larga y le deja solo y en chándal. Lo siguiente de lo que se entera es que tiene un hijo en algún lado, de alguna de sus numerosas ex novias.
Solución: Recorrer todo el país visitando a sus más señalados romances para ver si alguno de los retoños que tienen es suyo, y ser así un padre para él (o ella), de alguna forma llenando el vacío que deja una vida sin relaciones permanentes y significativas.
Resultado: Un polvo, una paliza, un buen montón de reproches y al final para nada, porque no consigue averiguar si tiene un hijo o no, ni dónde está ni quién es.
En la vida real: En lugar de enviarle una carta, y viendo que es una persona acomodada, la madre del hijo iría a juicio para reclamarle el dinero de la pensión de paternidad que debería estar pagándole, reclamando incluso pruebas de ADN para demostrar que el hijo es suyo, y de paso impidiendo que fuese a visitarlo por su obvio desinterés durante todos esos años.

6. HACERTE PASAR POR UN VAGABUNDO
Película: Los Viajes de Sullivan.
Problema: Un director de cine con inquietudes sociales, pero que no sabe realmente lo que ocurre en el mundo que quiere retratar, lo que le crea gran intranquilidad.
Solución: Vestirse como un vagabundo y ponerse a recorrer América de punta a punta con sólo lo que cabe en su bolsillo y en su petate.
Resultado: Después de vivir las penurias de la pobreza, desde el rechazo social hasta los trabajos mal remunerados, pasando por el hambre, el no tener dónde dormir e incluso la cárcel por un crimen que no ha cometido, el director vuelve a casa con un conocimiento más amplio y rico del mundo que le rodea y hace la película de su vida.
En la vida real: Encuentran su cuerpo en una cuneta, con la cabeza abierta, víctima de un robo o una pelea en la que no quiso meterse. O bien acaba sus días en una cárcel por un crimen que no ha cometido, mientras nadie cree su historia de que es alguien importante.

5. METERTE EN UN JUEGO INTERACTIVO
Película: The Game.
Problema: Michael Douglas tiene dinero a espuertas, pero está deshumanizado, sólo vive para su trabajo y apenas tiene relación con nadie, incluso con su hermano.
Solución: Entrar en un juego interactivo en el que desmontan toda su vida en pedazos hasta niveles impensables y ponen en riesgo su integridad física.
Resultado: Mediante el juego aprende lo que es perder el dinero y el trabajo, le permite cuestionar su estabilidad emocional y física de forma que valore más el presente, se puede plantear quién es realmente importante para él y supera sus traumas de infancia mediante un suicidio simulado, convirtiéndose en mejor persona.
En la vida real: Michael Douglas acaba matando a alguien sin querer porque los organizadores del juego no lo tienen todo tan controlado como deberían, en parte porque es imposible prever todas las reacciones del ser humano, en parte por descuido de alguno de sus empleados. Como resultado, él acaba en la cárcel y la compañía quiebra cuando no sólo les ponen una multa astronómica por la muerte, sino que se descubre qué es lo que hacen y lo declaran ilegal sin discusión. Alternativa: es Michael el que acaba muerto. Las consecuencias son las mismas, aunque a él no lo encierran, sino que lo entierran.

4. ECHARTE UN AMIGO IMAGINARIO
Película: Buscando a Eric.
Problema: Lo típico de un padre proletario inglés: dos hijastros que le odian y están metidos en la delincuencia, una alarmante falta de seguridad en sí mismo que le hace ser incapaz de ver a su ex mujer, y un trabajo que apenas le da para pagar su casa.
Solución: Inventarse un amigo imaginario que le da consejos y le ayuda a recuperar la seguridad en sí mismo, que no es otro que el futbolista Eric Cantona, su ídolo.
Resultado: Consigue tener fuerzas para volver a encontrarse con su ex y quizás renovar su relación, consigue el respeto de su prole putativa, y con la ayuda de sus amigos seguidores del Manchester United, les da una lección a los delincuentes que tenían cogido por los huevos a su hijastro.
En la vida real: El inglés proletario comienza a actuar de forma rara y a hablar solo por los rincones. Sus amigos comienzan a alejarse de él porque le ven extraño. Siguiendo los consejos de su amigo imaginario, comienza a espiar y acosar a su ex esposa. Un día recibe una paliza de los delincuentes amigos de su hijastro. Una semana después, acude con una pistola al trabajo y se carga a varias personas. Cuando se le acaban las balas, utiliza la patada voladora de Cantona. Acaba sus días en un hospital psiquiátrico para criminales esquizofrénicos. A su hijastro lo encuentran muerto en un callejón con dos balas en el pecho.

3. CABREARTE CON EL MUNDO
Película: Un Día de Furia.
Problema: A Michael Douglas le ha dejado su mujer por maltratador y se ha llevado a su hija. Ha perdido su trabajo. Hace mucho calor. Está en un atasco. La vida es una mierda.
Solución: Salir del coche e irse andando a casa, en busca de su mujer, pasando por encima de cualquiera que se ponga en su camino, sea con el método que sea, y soltando todo lo que le viene a la mente.
Resultado: Después de repartir leña a hispanos, neonazis, chinos, golfistas, camareros de hamburguesería y todo tipo de personas insoportables, la policía le alcanza cuando está a punto de llegar a su mujer. Y aunque se sabe desquiciado, prefiere morir antes que seguir con su mierda de vida, así que la policía se lo carga.
En la vida real: En su primer encontronazo con una banda de maleantes hispanos, acaba con una paliza monumental y varios navajazos que le dejan varios meses en el hospital. Allí le diagnostican un trastorno de personalidad límite y le ponen bajo medicación. Cuando sale de ahí, consigue trabajo en una hamburguesería. Cada cierto tiempo intenta ver a su mujer, pero ésta siempre llama a la policía y le detienen. Acaba en la cárcel por reincidente. Allí dura dos semanas.

2. REPETIR EL MISMO DÍA UNA Y OTRA VEZ
Película: Atrapado en el Tiempo.
Problema: Un cinismo acojonante que hace que sea incapaz de disfrutar de nada en la vida, se comporte como un cabrón con los demás y además no ligue ni pagando.
Solución: Lo que todos hemos deseado alguna vez, cuando hemos pasado un día cojonudo o, más frecuentemente, cuando la hemos cagado a base de bien y nos gustaría enmendar nuestro error. Es decir, repetir el mismo día una y otra vez hasta hacerlo bien.
Resultado: Tras pasar por diversas fases (rechazo, aprovechamiento, lujuria, ambición, suicidio sistemático, desesperación…), Bill Murray aprende al fin a ser mejor persona, a apreciar la vida y a las personas y a hacer las cosas como debe.
En la vida real: Bill Murray seguiría amargado el resto de sus días y perdería la oportunidad de pasar sus noches con la mejor tía que ha pasado por su vida. Y moriría solo. Aunque claro, si aceptamos que lo de repetir los días es posible, entonces acabaría completamente loco. En algún punto, la falta de sentido de toda la experiencia y su incapacidad para provocar que el fenómeno termine haría que su mente se rompiese, y una vez rota no se arregla por sí sola. De hecho, seguir repitiendo el día sólo empeoraría su situación. Per secula seculorum.

1. MARCHARTE DEL MUNDO
Película: El Show de Truman.
Problema: Una vida demasiada perfecta en la que comienzan a ocurrir cosas raras que te hacen pensar que ni tu mujer te ama, ni tu familia te quiere, ni el mundo que te rodea es real. Y echas de menos a tu amor de juventud.
Solución: Vencer tus miedos y huir hasta donde puedas llegar.
Resultado: Después de varios intentos fallidos y de sobrevivir a una tormenta, Jim Carrey llega al final del mundo. Y pese a que su Dios le conmina a quedarse, él decide salir a lo desconocido, al mundo real, y comenzar una vida de verdad.
En la vida real: Sólo hay que ver la cantidad de gente que se presenta a los casting de Gran Hermano, o el éxito de los cientos de reality shows que pueblan la pantalla. Hay gente que se pelearía por estar en el mundo de Truman. Algunos incluso pagarían por ello. De hecho, si alguien descubre que está en un mundo irreal en el que sirve de espectáculo para las masas, lo más probable es que pida reunirse con el jefe para renegociar su situación a cambio de no boicotear el show. También es cierto que el programa sólo duraría cuatro o cinco años, porque la audiencia acabaría cansándose del mismo personaje, por lo que posiblemente hiciesen varias temporadas con distintos protagonistas, o alguna otra táctica comercial. Lo cual da pena, mucha pena.
Con todo esto llegamos a una conclusión: el día que Michael Douglas, Bill Murray, Diane Lane y Richard Gere hagan una película juntos, el mundo implosionará de autocomplacencia.

Puede que las crisis que nos presentan en Hollywood sean absurdas. Al fin y al cabo, la mayor tragedia para un actor es que su caravana sea más pequeña que la de su compañero de reparto, o que sólo le hayan traído siete bandejas de mangos de Paraguay en lugar de las nueve que exigía. Sin embargo, eso no les impide plantear diversas estrategias con las que podemos solucionar nuestra situación y ser de nuevo súperfelices. Eso no quiere decir que sean efectivas, realistas o siquiera seguras para nuestra integridad, pero oye, al menos ellos lo intentan, y por un precio más módico que un psicoterapeuta.
Por cierto, en este artículo hay SPOILERS. Están en el apartado “Resultado”, así que si no habéis visto la película en cuestión, simplemente evitadlo y ya está.
Menciones especiales:
- Comprarte una casa en la Toscana: Para Diane Lane, la solución perfecta para un divorcio. Para cualquier otra mujer de 50 años, una forma de arruinarse, irse a un país con un idioma que no entiende y ser acosada por los italianos, que en realidad no son seductores y apolíneos, sino pesados y garrulos.
- Aprender a bailar: Diga lo que diga Richard Gere, los hombres sólo van a clases de baile por dos motivos: o son gays, o quieren aumentar sus posibilidades de mojar. Como ninguno de esos es el caso, sino que lo hace para ‘sentirse vivo de nuevo’, uno se pregunta qué utilidad puede tener eso en la vida real.
- Aprender a ser un vaquero: Si tienes un trabajo, una novia que te quiere, una casa en la que vives, y dinero para irte de sanfermines, tu vida está vacía. Para Billy Crystal, eso se soluciona provocando estampidas y cruzando ríos en plena crecida. Con bueyes a lo mejor mola, pero aquí tendríamos que conformarnos con cabras.

10. BUSCARTE UN AMANTE
Película: Infiel.
Problema: Un matrimonio insulso con uno de los sex-symbols por excelencia de los ochenta.
Solución: Una aventura con un joven francés de cuerpo escultural, cara interesante y acento irresistiblemente macarrónico.
Resultado: Unos cuantos meses de estar bien follada y recuperar la confianza en sí misma (porque todos sabemos que Diane Lane necesita una aventura para sentirse bella), hasta que el marido se entera y se carga al amante. Después, una reconciliación forzada en la que la culpa mutua se extiende como una sombra sobre la pareja.
En la vida real: Un proceso de divorcio largo y costoso, la pérdida de la casa, el dinero y la custodia de los hijos, y unos pocos meses más de estar bien follada, hasta que el francés se va con otra más joven o ella se entera de que se ha estado tirando a una decena de otras mujeres a sus espaldas.

9. VIVIR COMO UN ADOLESCENTE
Película: American Beauty.
Problema: Un trabajo aburrido con peligro de despido, un matrimonio insulso con una mujer excesivamente ambiciosa que le pone los cuernos, y una hija que le ignora.
Solución: Chantajear a sus jefes para que el despido le salga rentable e irse a trabajar a un MacDonald’s, que es la cumbre de lo ideal en cuanto a trabajos. Darse todos los caprichos que nunca pudo tener, como un coche nuevo. Fumar porros. Ponerse cachas. Intentar ligarse a la mejor amiga de su hija.
Resultado: Su mujer le odia más que nunca y piensa en matarle. Su hija le odia más que nunca y piensa en matarle junto a su novio, el posible psicópata. Su vecino homófobo, fascista y maltratador se cree que es gay y se está aprovechando de su hijo, así que piensa en matarle. Y lo hace. Y encima ni siquiera se ha beneficiado a la amiga de su hija, porque le ha entrado un arrebato de conciencia.
En la vida real: Su mujer se divorciaría al instante (si no lo había hecho ya) y se llevaría consigo a su hija. Perdería la casa, el coche, y se vería obligado a vivir en una caravana, que es lo único que puede pagar con su sueldo de mierda. Acabaría dándose a la bebida o peor, a la droga. Eso si no acaba antes en la cárcel por abuso de menores.

8. IRTE DE VINOS
Película: Entre Copas.
Problema: Falta de dinero, falta de amor y de sexo desde que su última novia le dejó por otro hombre, y para colmo, la incertidumbre de no saber si el libro en el que ha estado trabajando durante años va a ser publicado.
Solución: Montarle una despedida de soltero a su mejor (y único) amigo de una semana por la región vinícola de California, yendo de bodega en bodega para probar caldos, jugando al golf y emborrachándose continuamente. Y de paso, conocer a alguna chica.
Resultado: El futuro casado es el que consigue enrollarse con una chica, mientras Paul Giamatti se come los mocos con una tía por encima de sus posibilidades y cae en la bebida. Pero luego, afortunadamente, es él el que se lleva el gato al agua a largo plazo. Eso sí, el libro no se lo publican.
En la vida real: El libro no se lo publican. Su amigo vive su vida de casado mientras se enrolla con jovencitas turgentes a espaldas de su mujer. Él no consigue nada con la rubia despampanante y no la vuelve a ver. Termina sus días de crítico literario en una revistucha de mala muerte que apenas le llega para pagar el alquiler e irse de putas una vez al mes.

7. BUSCAR A TU HIJO PERDIDO
Película: Flores Rotas.
Problema: La última novia de Bill Murray se larga y le deja solo y en chándal. Lo siguiente de lo que se entera es que tiene un hijo en algún lado, de alguna de sus numerosas ex novias.
Solución: Recorrer todo el país visitando a sus más señalados romances para ver si alguno de los retoños que tienen es suyo, y ser así un padre para él (o ella), de alguna forma llenando el vacío que deja una vida sin relaciones permanentes y significativas.
Resultado: Un polvo, una paliza, un buen montón de reproches y al final para nada, porque no consigue averiguar si tiene un hijo o no, ni dónde está ni quién es.
En la vida real: En lugar de enviarle una carta, y viendo que es una persona acomodada, la madre del hijo iría a juicio para reclamarle el dinero de la pensión de paternidad que debería estar pagándole, reclamando incluso pruebas de ADN para demostrar que el hijo es suyo, y de paso impidiendo que fuese a visitarlo por su obvio desinterés durante todos esos años.

6. HACERTE PASAR POR UN VAGABUNDO
Película: Los Viajes de Sullivan.
Problema: Un director de cine con inquietudes sociales, pero que no sabe realmente lo que ocurre en el mundo que quiere retratar, lo que le crea gran intranquilidad.
Solución: Vestirse como un vagabundo y ponerse a recorrer América de punta a punta con sólo lo que cabe en su bolsillo y en su petate.
Resultado: Después de vivir las penurias de la pobreza, desde el rechazo social hasta los trabajos mal remunerados, pasando por el hambre, el no tener dónde dormir e incluso la cárcel por un crimen que no ha cometido, el director vuelve a casa con un conocimiento más amplio y rico del mundo que le rodea y hace la película de su vida.
En la vida real: Encuentran su cuerpo en una cuneta, con la cabeza abierta, víctima de un robo o una pelea en la que no quiso meterse. O bien acaba sus días en una cárcel por un crimen que no ha cometido, mientras nadie cree su historia de que es alguien importante.

5. METERTE EN UN JUEGO INTERACTIVO
Película: The Game.
Problema: Michael Douglas tiene dinero a espuertas, pero está deshumanizado, sólo vive para su trabajo y apenas tiene relación con nadie, incluso con su hermano.
Solución: Entrar en un juego interactivo en el que desmontan toda su vida en pedazos hasta niveles impensables y ponen en riesgo su integridad física.
Resultado: Mediante el juego aprende lo que es perder el dinero y el trabajo, le permite cuestionar su estabilidad emocional y física de forma que valore más el presente, se puede plantear quién es realmente importante para él y supera sus traumas de infancia mediante un suicidio simulado, convirtiéndose en mejor persona.
En la vida real: Michael Douglas acaba matando a alguien sin querer porque los organizadores del juego no lo tienen todo tan controlado como deberían, en parte porque es imposible prever todas las reacciones del ser humano, en parte por descuido de alguno de sus empleados. Como resultado, él acaba en la cárcel y la compañía quiebra cuando no sólo les ponen una multa astronómica por la muerte, sino que se descubre qué es lo que hacen y lo declaran ilegal sin discusión. Alternativa: es Michael el que acaba muerto. Las consecuencias son las mismas, aunque a él no lo encierran, sino que lo entierran.

4. ECHARTE UN AMIGO IMAGINARIO
Película: Buscando a Eric.
Problema: Lo típico de un padre proletario inglés: dos hijastros que le odian y están metidos en la delincuencia, una alarmante falta de seguridad en sí mismo que le hace ser incapaz de ver a su ex mujer, y un trabajo que apenas le da para pagar su casa.
Solución: Inventarse un amigo imaginario que le da consejos y le ayuda a recuperar la seguridad en sí mismo, que no es otro que el futbolista Eric Cantona, su ídolo.
Resultado: Consigue tener fuerzas para volver a encontrarse con su ex y quizás renovar su relación, consigue el respeto de su prole putativa, y con la ayuda de sus amigos seguidores del Manchester United, les da una lección a los delincuentes que tenían cogido por los huevos a su hijastro.
En la vida real: El inglés proletario comienza a actuar de forma rara y a hablar solo por los rincones. Sus amigos comienzan a alejarse de él porque le ven extraño. Siguiendo los consejos de su amigo imaginario, comienza a espiar y acosar a su ex esposa. Un día recibe una paliza de los delincuentes amigos de su hijastro. Una semana después, acude con una pistola al trabajo y se carga a varias personas. Cuando se le acaban las balas, utiliza la patada voladora de Cantona. Acaba sus días en un hospital psiquiátrico para criminales esquizofrénicos. A su hijastro lo encuentran muerto en un callejón con dos balas en el pecho.

3. CABREARTE CON EL MUNDO
Película: Un Día de Furia.
Problema: A Michael Douglas le ha dejado su mujer por maltratador y se ha llevado a su hija. Ha perdido su trabajo. Hace mucho calor. Está en un atasco. La vida es una mierda.
Solución: Salir del coche e irse andando a casa, en busca de su mujer, pasando por encima de cualquiera que se ponga en su camino, sea con el método que sea, y soltando todo lo que le viene a la mente.
Resultado: Después de repartir leña a hispanos, neonazis, chinos, golfistas, camareros de hamburguesería y todo tipo de personas insoportables, la policía le alcanza cuando está a punto de llegar a su mujer. Y aunque se sabe desquiciado, prefiere morir antes que seguir con su mierda de vida, así que la policía se lo carga.
En la vida real: En su primer encontronazo con una banda de maleantes hispanos, acaba con una paliza monumental y varios navajazos que le dejan varios meses en el hospital. Allí le diagnostican un trastorno de personalidad límite y le ponen bajo medicación. Cuando sale de ahí, consigue trabajo en una hamburguesería. Cada cierto tiempo intenta ver a su mujer, pero ésta siempre llama a la policía y le detienen. Acaba en la cárcel por reincidente. Allí dura dos semanas.

2. REPETIR EL MISMO DÍA UNA Y OTRA VEZ
Película: Atrapado en el Tiempo.
Problema: Un cinismo acojonante que hace que sea incapaz de disfrutar de nada en la vida, se comporte como un cabrón con los demás y además no ligue ni pagando.
Solución: Lo que todos hemos deseado alguna vez, cuando hemos pasado un día cojonudo o, más frecuentemente, cuando la hemos cagado a base de bien y nos gustaría enmendar nuestro error. Es decir, repetir el mismo día una y otra vez hasta hacerlo bien.
Resultado: Tras pasar por diversas fases (rechazo, aprovechamiento, lujuria, ambición, suicidio sistemático, desesperación…), Bill Murray aprende al fin a ser mejor persona, a apreciar la vida y a las personas y a hacer las cosas como debe.
En la vida real: Bill Murray seguiría amargado el resto de sus días y perdería la oportunidad de pasar sus noches con la mejor tía que ha pasado por su vida. Y moriría solo. Aunque claro, si aceptamos que lo de repetir los días es posible, entonces acabaría completamente loco. En algún punto, la falta de sentido de toda la experiencia y su incapacidad para provocar que el fenómeno termine haría que su mente se rompiese, y una vez rota no se arregla por sí sola. De hecho, seguir repitiendo el día sólo empeoraría su situación. Per secula seculorum.

1. MARCHARTE DEL MUNDO
Película: El Show de Truman.
Problema: Una vida demasiada perfecta en la que comienzan a ocurrir cosas raras que te hacen pensar que ni tu mujer te ama, ni tu familia te quiere, ni el mundo que te rodea es real. Y echas de menos a tu amor de juventud.
Solución: Vencer tus miedos y huir hasta donde puedas llegar.
Resultado: Después de varios intentos fallidos y de sobrevivir a una tormenta, Jim Carrey llega al final del mundo. Y pese a que su Dios le conmina a quedarse, él decide salir a lo desconocido, al mundo real, y comenzar una vida de verdad.
En la vida real: Sólo hay que ver la cantidad de gente que se presenta a los casting de Gran Hermano, o el éxito de los cientos de reality shows que pueblan la pantalla. Hay gente que se pelearía por estar en el mundo de Truman. Algunos incluso pagarían por ello. De hecho, si alguien descubre que está en un mundo irreal en el que sirve de espectáculo para las masas, lo más probable es que pida reunirse con el jefe para renegociar su situación a cambio de no boicotear el show. También es cierto que el programa sólo duraría cuatro o cinco años, porque la audiencia acabaría cansándose del mismo personaje, por lo que posiblemente hiciesen varias temporadas con distintos protagonistas, o alguna otra táctica comercial. Lo cual da pena, mucha pena.
Con todo esto llegamos a una conclusión: el día que Michael Douglas, Bill Murray, Diane Lane y Richard Gere hagan una película juntos, el mundo implosionará de autocomplacencia.