Seis meses después de que la propagación del virus haya aniquilado las Islas Británicas, el ejército de los Estados Unidos declara que ha ganado la guerra contra la infección y que puede comenzar la reconstrucción del país. Con la primera ola de refugiados que vuelve al país, una familia consigue reencontrarse. Pero uno de los miembros guarda un terrible secreto sin ser consciente de ello. El virus aún no ha sido destruido y en esta ocasión, es más peligroso que nunca.
Robert Carlyle era reacio a participar en la secuela, no quería verse implicado en ensuciar 28 días después, que le había parecido muy buena. Sin embargo, después de leer el guión cambio de idea, según Carlyle tenía un par de momentos estupendos que anunciaban un film brillante.