Durante una tonta carrera entre dos coches, uno de ellos, cuyas ocupantes son tres muchachas, cae al río desde un puente. Tras 3 horas de infructuosa búsqueda y dragado del río, una de ellas, Mary Henry, aparece milagrosamente viva en el lodazal. Mary toca el órgano, y ha firmado un contrato con una iglesia de Utah para tocar allí. Práctica y decidida, Mary decide olvidar el accidente y marcharse a Utah a comenzar una nueva vida. Sin embargo, poco antes de llegar, vislumbra en el horizonte nocturno un ruinoso pabellón ferial. Un misterioso hombre de rostro cadavérico se le aparece. Pronto Mary se verá acosada por visiones que le conducen a un mismo lugar: la feria abandonada.