La marca del zorrillo

En la California de 1840, el bizco vizconde de Texmelucan ofrece una fiesta para recibir a su hijo Tin, quien regresa de Italia donde fue enviado a estudiar esgrima. Las expectativas volcadas sobre Tin resultan ser decepcionantes, pues el joven no se ha convertido en ningún experto de la espada y demuestra ser un verdadero cobarde cuando se da la fuga para evitar batirse con el temible capitán Gaspar.
En plena fuga Tin se encuentra a una bruja atada a un árbol, a la cual rescata, y en agradecimiento le regala un ungüento que le otorga la invencibilidad por una hora. Con semejante poder a su disposición, Tin se verá con valor de afrontar los abusos cometidos por el malvado gobernador Marcelo.