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Pulp Fiction

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    The Wolf: I drive real fuckin' fast, so keep up. If I get my car back any different than I gave it, Monster Joe's gonna be disposing of two bodies.
    Jules: Why do you drive fast?
    The Wolf: Because it's a lot of fun.

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    Me llamo mulo, y hablando no salvarás tu culo (Jules)

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    Bueno, pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía (El Lobo)

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    Me voy a mi casa a tener un ataque al corazón (Vincent)

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    There's a passage I got memorized,
    seems appropriate for this
    situation: Ezekiel 25:17. "The path
    of the righteous man is beset on
    all sides by the inequities of the
    selfish and the tyranny of evil
    men. Blessed is he who, in the
    name of charity and good will,
    shepherds the weak through the
    valley of darkness, for he is truly
    his brother's keeper and the finder
    of lost children. And I will
    strike down upon thee with great
    vengeance and furious anger those
    who attempt to poison and destroy
    my brothers. And you will know my
    name is the Lord when I lay my
    vengeance upon you."
    (Jules)

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    Ahora quiero que cojas esa bolsa y busques mi cartera,es la que pone hijo de puta peligroso. Sí, esa es, mi hijo de puta peligroso. (Jules)

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    Soy el señor lobo, soluciono problemas, veo vuestro futuro, veo un viaje en taxi. (Sr. Lobo)

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    Van una familia de tomates por la calle; padre tomate, madre tomate y el pequeño Chup. Van a atravesar la calle cuando pasa un camión y atropella a Chup, y padre tomate dice: "Qué, Chup?" (El chiste de Mia Wallace)

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    ¿Lees la biblia Ringo?, pues he memorizado un pasaje para ti, Ezequiel 25/17: El camino del hombre recto esta por todos lados rodeado por las injusticias de los egoistas y latirania de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad porque el es el auténtico guardián de su hermano y descubridor de los niños perdidos. Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa colera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos, y tú sabras que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre tí.

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    Sabía que si los amarillos veían el reloj lo confiscarían, se lo quitarían. Tu padre decía que este reloj te pertenecía por nacimiento; le cabreaba que cualquier amarillo pusiera sus grasientas manos sobre la herencia de su hijo, así que lo escondió empleando el único lugar en el que podía: su culo. Cinco largos años llevó este reloj metido en el culo (Capitán Koons)

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    Dí "QUE" una vez más, dí "QUE" una vez más, te reto, te reto dos veces cabronazo! (Jules)

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    Jimmy: Tiene que entender una cosa Winston, este es nuestro mejor juego de cama y fue un regalo de boda de nuestro tío Conrad y nuestra tía Gini y ellos ya no están entre nostros...deseo ayudarles y todo eso pero...
    Sr.Lobo: ¿Puedo fumar, si no le importa?
    Sr.Lobo: Su tío Conrad y su tía Gini...¿Eran millonarios?
    Jimmy: No.
    Sr.Lobo: Pues su tío Marcellus sí lo es, y puedo asegurar que si su tío Conrad y su tía Gini estuvieran aquí les compraría un dormitorio entero con todo el mobiliario, y su tío Marcellus también lo haría encantado. A mi me gusta el roble, es lo que tengo en mi dormitorio. ¿Que me dice Jimmy?¿Le va el roble?
    Jimmy: Resulta elegante.

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    Marcellus Wallace: En el combate, notarás como una punzada en la cabeza. Es el orgullo, que intenta joderte. Debes vencerlo. ¿Eres mi socio?
    Butch: Eso parece.
    Marcellus Wallace: En el quinto, tu culo irá a la lona.

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    Estoy a veinte minutos de allí. Llegaré en diez (Sr. Lobo).

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    Sientes esa punzada, ¿mamón? ¡Es mi orgullo que intenta joderte! (Butch).

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    Hamburguesas, la piedra angular de un desayuno nutritivo (Jules).

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    Fabienne: ¿De quién es esta moto?
    Butch: No es una moto, es una chopper, nena.
    Fabienne: ¿De quién es esta chopper?
    Butch: De Zed.
    Fabienne: ¿Quién es Zed?
    Butch: Zed está muerto, nena.

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    ¿Y ahora qué? Voy a decirte lo que pasará: llamaré a un par de negros empapados en crack; quiero que disequen a este colega empleando un soplete y un par de alicates. ¡Practicaremos el medievo en tu culo! (Marsellus).

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    Peinad el mundo entero hasta encontrarle. Si Butch aparece en Indochina, quiero a un negro escondido en su bol de arroz para que le pegue un tiro en el culo (Marsellus).

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    Mira, tú has sido el que ha traído una zorra moribunda a mí casa, así que tú le pones la inyección. El día que yo traiga una zorra moribunda a tu casa, se la pondré yo (Lance).

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    Hola, hombrecito. Muchacho, he oído hablar mucho de ti. Fui un buen amigo de tu padre. Estuvimos los dos en aquel pozo infernal de Hanoi durante más de cinco años. Espero que nunca tengas que experimentar algo así por ti mismo, pero cuando dos hombres se encuentran en una situación como la que vivimos tu padre y yo, y durante todo el tiempo que la vivimos, uno se hace cargo de ciertas responsabilidades para con el otro. Si hubiera sido yo el que no lograra salir de allí con vida, el mayor Coolidge estaría hablando ahora mismo con mi hijo Jim. Pero tal como salieron las cosas, soy yo el que está hablando contigo, Butch. Tengo algo para ti.
    (El capitán se saca un reloj de pulsera del bolsillo. Es de oro.) Este reloj que tengo aquí fue comprado por tu bisabuelo. Lo compró durante la Primera Guerra Mundial en una pequeña tienda de Knoxville, Tennessee. Fue llevado por el soldado Doughboy Erine Coolidge el día en que zarpó para París. Fue el reloj de guerra de tu bisabuelo, hecho por la primera empresa que fabricó relojes de pulsera. Porque, hasta entonces, la gente sólo llevaba relojes de bolsillo. Tu bisabuelo llevó ese reloj durante cada uno de los días que estuvo en la guerra. Luego, una vez que hubo cumplido con su deber, regresó a casa junto a tu bisabuela, se quitó el reloj de la muñeca y lo guardó en una vieja lata de café. Y en esa lata permaneció guardado hasta que tu abuelo, Dañe Coolidge, fue llamado por su país para servir en ultramar y luchar de nuevo contra los alemanes. En esa ocasión la llamaron la Segunda Guerra Mundial. Tu bisabuelo le entregó el reloj a tu abuelo para que le trajera buena suerte. Desgraciadamente, la suerte de Dañe no fue tan buena como la del viejo. Tu abuelo era marine y resultó muerto junto con otros muchos marines en la batalla de la isla Wake. Tu abuelo se enfrentaba a la muerte y lo sabía. Ninguno de aquellos muchachos se hacía ilusiones sobre la posibilidad de salir con vida de aquella isla. Así que, tres días antes de que los japoneses ocuparan la isla, tu abuelo, que entonces tenía veintidós años de edad, le pidió a un artillero de un transporte de la Fuerza Aérea, llamado Winocki, un hombre al que jamás había visto en su vida, que le entregara el reloj de oro a su pequeño hijo, el de tu abuelo, al que tampoco había podido llegar a conocer. Tres días más tarde, tu abuelo había muerto. Pero Winocki mantuvo su palabra. Una vez terminada la guerra, visitó a tu abuela y le entregó el reloj de oro a tu padre, que por entonces aún era un niño. Este mismo reloj de oro. Tu padre llevaba este reloj de oro en la muñeca cuando su avión fue derribado sobre Hanoi. Fue capturado y encerrado en un campo de concentración vietnamita. Sabía que si sus carceleros le descubrían el reloj, se lo confiscarían. Según veía las cosas tu padre, ese reloj era tu propio derecho de nacimiento. Y estaba dispuesto a que lo condenaran antes de que cualquier ojos rasgados fuera a poner sus manos amarillas sobre el derecho de nacimiento de su hijo. Así pues, lo ocultó en el único lugar donde sabía que podía esconder algo. En el trasero. Durante cinco largos años llevó este reloj escondido en el trasero. Luego, cuando ya estaba a punto de morir de disentería, me entregó el reloj. Yo también oculté este incómodo montón de metal en mi trasero durante otros dos años. Luego, al cabo de siete años de prisión, fui enviado de regreso a casa con mi familia. Y ahora, hombrecito, te entrego a ti el reloj (Koons).