1941, Alemania invade Bielorrusia. La Gestapo comienza a recorrer los pueblos y ciudades del país para localizar a los judíos y encerrarlos en ghettos o exterminarlos. Cuando las tropas llegan a su pueblo, los cuatro hermanos Bielski consiguen escapar de la masacre y refugiarse en el bosque. Allí se encuentran con otros supervivientes, y comienzan a formar un grupo clandestino cada vez más numeroso. Sus asaltos y pillajes a agricultores ricos y partidarios de los nazis atraen la atención de un batallón de soldados de la resistencia rusa, que deciden reclutarlos para la causa.
A lo largo de la producción, Zwick mantuvo un estrecho contacto con el clan familiar Bielski, sobre todo con los hijos de primera generación de Tuvia y Zus, para quienes la película se convirtió en una oportunidad de conservar el legado de sus padres para generaciones futuras.