Toño y Fito son dos amigos completamente diferentes. Toño es el típico ligón e irresponsable que siempre está metiendo en líos a Fito, todo lo opuesto a su amigo, estudiante, responsable... y bastante salido. Toño trabaja de becario en una revista musical, al igual que Oliver, un niño pijo que está en la revista para parecer responsable de cara a sus padres y seguir cobrando su mensualidad. Todo iba bien hasta que la revista decide recortar plantilla y contratar sólo a uno de los becarios, el que consiga el mejor reportaje de su vida en tan solo una semana. Toño decidirá entonces conseguir una entrevista de Slam, una famosa estrella de rock que no condede nunca entrevistas, y para ello tendrá que ir al Cactus Festival, convenciendo a Fito para coger la furgoneta de su padre contra su voluntad, y llevándose con ellos a un primo seminarista a cambio de una ayuda económica de su madre, quien pretende quitarle la idea de ser cura. Por el camino tendrán todo tipo de problemas, y no menos cuando lleguen al festival de música.
Uno de los momentos más espectaculares del rodaje fue la recreación del festival, que se montó durante dos semanas en las instalaciones de Kinepolis en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Un montaje que atrajo a más de 5.000 personas y que incluyó actuaciones de grupos tan punteros como Amaral, Ex o Superskunk, entre otros.
