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Acorralado
No he venido a salvar a Rambo de ustedes, sino a ustedes de Rambo.
Podía haberlos matado a todos. En la ciudad usted es la ley, pero aquí la ley soy yo. Marchense o lo lamentaran. Marchense.
Trutman: Se acabó Johnny. ¡Se acabó!
Rambo: No se acabó. ¡No señor!. Yo también tengo algo que decir. No era mi guerra. Me llamaron ustedes a mi, no yo a ustedes. Yo hice lo que tenía que hacer para ganar, pero no nos dejaron ganar. Y cuando regreso a mi país me encuentro a esos gusanos en el aeropuerto gritándome y llamándome asesino de niños y otros horribles insultos. ¿Quiénes son ellos para insultarme, eh? No estuvieron allí luchando como yo, no saben lo que dicen.
Trutman: Estos son malos tiempos para todos Rambo. Aquello pertenece al pasado.
Rambo: ¡Para usted! Para mí la vida civil no es nada. En el frente tenemos un código de honor: Tu me cubres la espalda yo cubro la tuya, pero aquí no.
Trutman: Eres el último de una élite. No lo termines así.
Rambo: Allí manejaba aviones, conducía tanques, tenía a mi cargo millones de dólares en equipo. ¡Aquí ni siquiera me dan trabajo de lavacoches!.
-Rambo tira mesas al suelo ante la impotencia de Trutman. Rambo, ya sin energías, se apoya sobre la pared y se sienta en el suelo. Trutman se le acerca y se coloca a su lado-.
Rambo: Ni eso.... Dios mío ¿Dónde están todos? ¿Dónde?... Tenía amigos en las fuerzas aéreas. Todos aquellos muchachos eran amigos míos. ...¿Dónde están?. Aquí no tengo a nadie. ¿Se acuerda usted de ellos?. Lloyd y yo solíamos ir a tomar unas cervezas en nuestro ratos libres. Él siempre me hablaba de ir a Las Vegas con un Chevrolet. Le gustaba mucho el descapotable rojo del ’58. Decía que iríamos por las carreteras hasta que se le cayeran las ruedas. Estábamos en un bar de Saigón, aparece un niño que lleva una caja de limpiar zapatos y dice: “Limpia señor, limpia”, y yo le digo no, y él insiste y Lloyd dice si. Entonces voy por un par de cervezas y la caja es una bomba, abre la caja y su cuerpo salta por los aires hecho pedazos. Le veo ahí caído gritando como un loco, ¡Tuve que quitármelo de encima, estaba cubierto de pedazos de su cuerpo! Mi amigo hecho pedazos encima de mí. ¡Sangre por todas partes! ¡Intento mantenerlo entero y siguen saliéndose los intestinos! Nadie me ayuda. Me dice: “Quiero irme a casa, quiero irme a casa”. Lo repite una y otra vez. “Quiero conducir mi Chevrolet”... ¡Y no consigo encontrar sus piernas!. ¡No encuentro las piernas!...
No consigo quitármelo de la cabeza. Así durante siete años, día tras día. A veces me despierto y no se donde estoy.
-Rambo solloza y se abraza a Trutman que permanece de pie-.
Trautman: Estan enfrentandose a un hombre que es un experto en la lucha de guerrillas, ese hombre es excepcional con armas de fuego, con el cuchillo, con sus propias manos. Un hombre que esta entrenado para ignorar el dolor, las condiciones climatológicas, vivir de lo que da la tierra, comer cosas que harían vomitar a una cabra... en vietnam la misión de mis hombres era eliminar a ciertos enemigos. Matar. Punto. Matar o morir... y Rambo era el mejor.
Crítica
'Una pelicula imprescindible'
Dram...
Ficha
Acorralado
Jerry Goldsmith